Xavier Gabriel pierde peso cada vez que se aproxima el sorteo de Navidad. Este año, el estrés le ha hecho adelgazar ocho kilos, asegura. Pese a sentirse al borde de la lipotimia, el dueño de la administración de lotería de Sort fuma un gran habano, "traído expresamente desde Cuba por un amigo", y luce, sobre la camisa negra, el logotipo de una marca de cerveza, "que este año ha decidido patrocinarnos", bromea. Buena operación de márketing, porque la imagen de Gabriel abrazando a su hijo, tras saber que había repartido el gordo, apareció ayer en todas las televisiones.

Si de algo se precia el lotero es de su olfato para los negocios. Fue el introductor, a principios de los años 80, de los deportes de aventura en el Pirineo, con la creación de la empresa Pallars Aventur, y el 16 de agosto de 1986 se hizo con la licencia para abrir la primera administración de lotería de Sort.

Vendedor ambulante

"Al principio, como estaba obligado a vender un mínimo de décimos para que le permitieran mantener la oficina, se pasaba la semana recorriendo el Pirineo, desde Vielha hasta Isona", recuerda su madre, Maria Lliset, a quien dedicó el premio de ayer. Fue precisamente en el pueblo natal de su madre, Figuerola d´Orcau, donde el lotero empezó a cosechar sus primeros éxitos. Allí repartió 10.000 millones de pesetas en el sorteo del Niño de 1994 y, dos años después, repitió la gesta en Isona. Le siguió, en 1999, un segundo premio, también de la lotería de Reyes. La de Navidad siempre se le había resistido. Hasta ayer.

A partir de entonces, y gracias a la introducción de internet, Gabriel no ha dejado de batir récords. Recuerda que la suya fue la primera administración de lotería de España en repartir, en dos años distintos, dos premios grandes de un mismo sorteo de Navidad y, ayer, volvió a hacerlo, con el primero y un quinto. La administración de Sort facturó esta Navidad más de 25,8 millones de euros (4.300 millones de pesetas).