El presidente de Estados Unidos, George Bush, prometió ayer que Sadam Husein "se enfrentará a la justicia que él negó a millones" de personas, tras confirmarse la captura del dictador iraquí. Bush afirmó que la detención de Sadam Husein es "crucial para el surgimiento de un Irak libre", pero evitó toda señal de triunfalismo o euforia ante el espaldarazo político que ésta le confiere, a menos de un año de las elecciones en que se presentará a la reelección.

En una alocución al país desde la Casa Blanca, el presidente republicano tuvo también la cautela de advertir a los estadounidenses de que "la captura de Sadam Husein no significa el fin de la violencia en Irak", donde han caído medio millar de soldados de EEUU y de la coalición de aliados que apoyó la guerra desde su inicio, el 20 de marzo.

LA AMENAZA PERSISTE "Todavía tenemos que enfrentarnos a terroristas que preferirían seguir matando a inocentes antes que aceptar el ascenso de la libertad en Oriente Próximo", afirmó el presidente. Bush calificó a estos elementos como una "amenaza directa" para EEUU.

Para los iraquís su mensaje fue más optimista. "No tendréis que temer nunca más al régimen de Sadam Husein", recalcó. El presidente dijo que "se ha terminado una era oscura y dolorosa en la historia de Irak, y ha llegado el día de la esperanza" pidió que "todos los iraquís puedan unirse, rechacen la violencia y construyan un nuevo Irak".

Bush telefoneó ayer a su principales aliados del frente de guerra, el primer ministro británico Tony Blair, y el presidente español, José María Aznar, además de a los dirigentes de Italia, Australia, Polonia, Arabia Saudí, Jordania, Egipto e Israel. Fue su asesora de seguridad nacional, Condoleeza Rice, quien le confirmó la captura de Sadam Husein a las 5.14 de la mañana, después de que se la hubiera adelantado el sábado por la tarde el ministro de Defensa, Donald Rumsfeld, aún sin confirmar del todo.

EXITO OPORTUNO Esta captura es una oportuna victoria para Bush en un momento en que crece el escepticismo en EEUU sobre su decisión de lanzar la guerra y sobre su capacidad para controlar la sangrienta posguerra. Precisamente este escepticismo ha reforzado las críticas de los aspirantes demócratas a sucederle en la Casa Blanca. Aunque la detención de Sadam los priva de un arma contra Bush, los aspirantes demócratas expresaron ayer su satisfacción por ella.

Por su parte, el primer ministro británico, Tony Blair, fue el primer mandatario occidental en confirmar ayer la detención de Sadam Husein. Blair insistió ante los medios de comunicación en que las fuerzas de ocupación y el pueblo iraquí tienen un interés común: "Nuestro objetivo es un objetivo compartido, nuestra victoria es una victoria compartida", explicó Blair.