La primera acción militar de la invasión de Irak, a las 3.33 de la madrugada de hoy (hora española), fue un bombardeo puntual, concentrado en algún lugar del sur de Bagdad, con la intención de "decapitar al régimen iraquí", en concreto, aprovechar datos del espionaje de EEUU para tratar de matar al propio Sadam Husein en su refugio antiaéreo.Esto es lo que reveló el Pentágono a la cadena de televisión CNN pocos minutos después de que el presidente norteamericano, George Bush, anunciase desde el Despacho Oval (a las 4.15 de hoy hora española), que la segunda guerra del Golfo había comenzado con las "primeras fases de una amplia y concertada campaña" para "desarmar a Irak".Decapitar el régimenCazabombarderos invisibles F117-A Stealth, fortalezas volantes B-52 y misiles de crucero Tomahawk, lanzados desde buques de guerra de EEUU, acometieron una operación conjunta para tratar de liquidar al líder iraquí en el mismo inicio de la contienda, según diversas fuentes militares norteamericanas coincidentes. Sin embargo, la gran campaña de bombardeos prevista para destruir toda resistencia y preparar la entrada de las fuerzas terrestres puede demorarse todavía 24 horas o incluso 48, según el Pentágono."Será la campaña de bombardeos de precisión más masiva de la historia de la guerra", aseveraba el teniente general de la Fuerza Aérea de EEUU, retirado, Thomas Mc-Inerney, poco antes de que comenzara la primera guerra preventiva. "Habrá tal potencia de fuego, que toda resistencia militar será inútil", vaticinaba un alto oficial del Pentágono a la agencia Reuters. "La ofensiva será tan veloz y furiosa que no van a saber qué les alcanzó. Innumerables blancos serán castigados simultáneamente y eso les va a dejar conmocionados. El sobrecogimiento vendrá después".El militar norteamericano se refería al nombre elegido por los estrategas de Washington para identificar la táctica que diseñaron para el inicio del ataque contra Irak: "Conmoción y sobrecogimiento"; el lanzamiento en unas horas de 3.000 bombas guiadas por satélite y misiles de crucero, desencadenando una tormenta de fuego jamás descargada antes en un conflicto bélico. Porque no sólo se pretende sembrar devastación entre las filas iraquís, sino provocar semejante trauma psicológico entre las tropas fieles a Sadam Husein que se vean demasiado aturdidas y desmoralizadas como para presentar resistencia.Comienzan los ataques"Nuestros planes son algo como jamás se había visto antes", afirmó ayer noche, a bordo del portaviones Abraham Lincoln, el vicealmirante Timothy Keating, comandante de la Séptima Flota de EEUU.La ruptura de las hostilidades ya se había producido en la tarde de ayer --horas antes de que se cumpliera el ultimátum del presidente norteamericano, George Bush, a las dos de la madrugada en España--, cuando la aviación anglo-norteamericana incrementó espectacularmente los ya cotidianos ataques contra objetivos militares iraquís en la zona de exclusión aérea en el sur del país.Además, esta vez los blancos no eran baterías antiaéreas, sino posiciones de artillería y defensas terrestres del Ejército de Irak. Porque en esta ocasión el Pentágono no va a estar bombardeando meticulosamente el país durante cinco semanas --como hizo en 1991--, sino que las fuerzas invasoras penetrarán en los primeros días de la campaña desde el aire, que cambiará rápidamente para convertirse en apoyo aéreo a las columnas blindadas.En cinco días, en BagdadCasi al mismo tiempo, la División Aerotransportada 82 saltará en paracaídas sobre el norte de Irak --para capturar los campos petrolíferos de la región y abrir un segundo frente de batalla-- y la 101 asaltará con helicópteros objetivos estratégicos detrás de las líneas enemigas. "De hecho, fuerzas sustanciales de tierra pueden llegar a las afueras de Bagdad en sólo cinco días" de campaña, según el analista militar Loren Thompson, del Lexington Institute.Entre los elementos que barajan los estrategas del Pentágono como favorables a tan optimista escenario bélico figuran destacadas las predicciones de que las tropas iraquís se rendirán poco después del comienzo de la ofensiva. No sólo por los estragos del ataque aéreo masivo y el espanto que ha de causar el avance de 200.000 soldados equipados con las armas más mortíferas, sino también por la guerra psicológica que lleva semanas librando EEUU, en la que ha lanzado 16 millones de octavillas amenazadoras.Los primeros resultados de esa campaña se vieron ayer noche antes del cumplimiento del ultimátum, cuando 18 guardias fronterizos iraquís se rindieron a las fuerzas invasoras, que entraron desde Kuwait en la zona desmilitarizada, que se adentra 10 kilómetros dentro de Irak y que durante 12 años patrullaron observadores de la ONU, hoy retirados.Muy pocas horas después, ilegítima y contraria a la opinión pública española y mundial, la guerra estallaba con todos sus horrores sobre la conciencia del planeta.Sadam compareceEl presidente de Irak, Sadam Husein, se dirigió hoy a los iraquíes en un discurso televisado tras el primer ataque estadounidense durante la madrugada.Sadam Husein declaró que lograrían la victoria "con la ayuda de Dios", en una alocución en la que exhortó al pueblo iraquí a resistir y defender su patria, su cultura y sus valores ante la agresión estadounidense.El líder iraquí, vestido de militar y con una bandera de su país como fondo, leyó un comunicado que empezó con unos versos del Corán y que contenía un mensaje claro para los militares iraquíes. "No tengo que repetiros lo que tenéis que hacer. Vosotros ganaréis. Alá es grande. Viva Irak. Viva Palestina", afirmó el presidente de Irak.Sadam también se dirigió a sus amigos y a los países que se han opuesto a la guerra. "Hemos visto como Bush no ha mantenido sus promesas. Prometemos que vamos a luchar y vamos a ganar", señaló el presidente iraquí, que hizo un llamamiento a la guerra santa.En su intervención, que terminó con vivas a Palestina e Irak, el líder iraquí hizo referencia en doce ocasiones a la palabra "Alá".