Lleva 18 años al frente de su explotación de cabra verata en la zona de La Almenara de Gata. Jesús Martín Crespo, de Torre de Don Miguel, siempre ha pastoreado esta raza autóctona y gracias al Proyecto Mosaico ha comenzado a comercializar la leche a través de la Cooperativa Coprado como producto ecológico. «Hasta hace pocos años no había más cabreros y la gente casi se reía de mí y me decía que esto de pastorear ya no se llevaba», recuerda. Pero resistió, aguantó los dos incendios que se han producido en la zona en la última década y sus efectos, y ahora está aprovechando su oportunidad. «Esto del mosaico es lo que yo estaba haciendo ya, aunque entonces solo», explica. Lo que lleva haciendo toda la vida es una producción extensiva: «mis 300 cabras pastan en el monte todos los días y cuando están enfermas las curo con medicinas naturales», añade.

Para Martín, el mosaico ha sido un revulsivo para la zona. «Ha llegado mucha gente y más que tendría que venir, porque terreno hay de sobra».