Cerrado por huelga. Ese es el mensaje que lucían las pegatinas que se colocaron en muchos establecimientos del centro de Cáceres con motivo de la convocatoria general de ayer. Sin embargo, la realidad fue otra y, ni esos establecimientos, ni muchos otros echaron el cierre. Más bien al contrario, la situación fue casi de normalidad: las tiendas permanecieron abiertas en las principales arterias, el goteo de clientes, aunque menor, no cesó, y solo la intensa presencia policial advertía de que la situación era de calma tensa, a la espera de la manifestación convocada para las 12.00 horas.

La protesta transcurrió sin incidentes bajo un amplio dispositivo policial. 2.500 personas según los sindicatos y 800 para la delegación del Gobierno, gritaron "Zapatero dimisión" y "hacía falta ya, una huelga general" desde la plaza Mayor hasta el paseo de Cánovas. Al paso de la marcha por las calles Pintores y San Pedro algunos comercios cerraron sus puertas durante los minutos. "El ambiente está muy tranquilo y los piquetes no están forzando a cerrar, pero ¿quién dice que no lo van a hacer durante la manifestación?", señalaba uno de los comerciantes. Así, muchos locales llevaron a cabo un cierre parcial y bajaron la persiana mientras pasaba la comitiva, incluso con los clientes dentro.

En el paseo de Cánovas, la gran arteria de la ciudad, solo la cafetería Manómetro y la multitienda Cánovas, echaron el cierre. "El ambiente está muy tranquilo, más que en otras huelgas generales. Y yo, que soy autónoma, no me puedo permitir cerrar", señalaba Adela Domínguez desde el mostrador de su tienda, Dely, en la avenida de España.

La situación se repetía en las avenidas de Alemania, donde los locales funcionaron con normalidad; y Antonio Hurtado, con un único establecimiento cerrado. Sin embargo, algunos establecimientos de alimentación no pudieron vender pan, porque las fábricas de localidades como Casar de Cáceres o La Cumbre, no trabajaron ante la amenaza de piquetes en las carreteras.

La tranquilidad fue también la nota dominante en Las Capellanías, principal núcleo empresarial de la ciudad, donde la mayor parte de las empresas no echaron el cierre. Sin embargo la Federación Empresarial Cacereña advirtió de que algunas naves sufrieron piquetes en los accesos a primera hora de la mañana, que fueron levantados por la policía. Esta organización dijo que el seguimiento de la huelga fue "escaso".

LA ADMINISTRACION Lo mismo se desprende de los datos ofrecidos por la Diputación de Cáceres, el ayuntamiento y las empresas concesionarias de los servicios de autobús, agua, jardines y limpieza. En los autobuses, solo uno de los 100 trabajadores se sumaron a la huelga; y uno de los 93 de Canal de Isabel II y 4 de los 200 de Conyser, secundaron el paro. En las dependencias municipales, la huelga fue seguida por el 4,73% de los trabajadores (40 de 846) según los datos aportados por la alcaldesa, Carmen Heras, que destacó la ausencia de incidentes.

En la diputación también se vivió una jornada de normalidad, y solo un 4,08% de los 1.087 trabajadores, secundaron el paro, según los datos aportados por el responsable de Recursos Humanos, Carlos Jurado.

En cuanto al sector de la educación, según ANPE, la incidencia en los colegios de Infantil y Primaria de Cáceres fue de entre el 1 y el 2% --en 10 colegios acudió el 100% de la plantilla--; mientras en Secundaria, la cifra se incrementó hasta el 5%. El transporte escolar no sufrió problemas, según el sindicato, que reconoce que faltó alumnado.

PROBLEMAS La huelga general no dejó graves problemas, aunque sí hubo algunos incidentes en la ciudad durante la noche y las primeras horas de la mañana. Así, los autobuses que cubren la ruta entre Cáceres y las dependencias de la Junta en Mérida no pudieron salir de las cocheras, y dos de los vehículos del autobús urbano tuvieron que dejar el servicio. Uno de ellos, de la línea 8, debió detenerse porque dos de las ruedas habían sido pinchadas; y otro convoy de la línea 1 se paró junto a la estación de autobuses, también con una rueda pinchada.

Además, los empleados de varias sucursales bancarias de la avenida Virgen de Guadalupe no pudieron acceder a sus trabajos hasta el mediodía. Durante la noche las cerraduras quedaron inutilizadas con alfileres y silicona, y en casos como el de la sucursal de Deutche Bank, los cerrajeros no pudieron repararlo durante la mañana.

Los incidentes afectaron también al sector de la construcción. En el acceso a la obra de El Junquillo, los piquetes quemaron por la mañana maderas y neumáticos, impidiendo el acceso a trabajadores. En todo caso, la policía intervino para reabrir el acceso. Según CCOO, el seguimiento de la huelga en la construcción en Cáceres se situó en el 80% y fue el más elevado de la región.