Cáceres y Plasencia quedarán desde esta tarde unidas por autovía al ser inaugurados los tramos de la A-66 (Autovía de la Plata) entre la capital cacereña e Hinojal, de 22,4 kilómetros, y desde este punto hasta Cañaveral, con 14,4 kilómetros. A la altura de esa localidad este trazado enlaza con el Cañaveral-Plasencia sur, de 22,3 kilómetros y abierto hace dos años. En el acto inaugural estarán presentes el ministro de Trabajo, Jesús Caldera; el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y la delegada del Gobierno, Carmen Pereira.

La conexión, además de facilitar un trayecto mucho más cómodo y seguro, permitirá unir Cáceres y Plasencia en poco más de media hora, lo que supone un ahorro de más de quince minutos respecto a lo que se tardaba hasta ahora. La disminución de tiempos se deriva no sólo de que en la autovía está permitido circular a mayor velocidad, sino a la eliminación de las travesías de las poblaciones y, sobre todo, a la supresión del tramo conocido como curvas del Tajo , verdadero suplicio para los conductores a lo largo de 17 kilómetros de la N-630. Ahora esta zona se salva con un trazado mucho más recto donde destacan los dos grandes puentes sobre el Tajo.

De esta forma, Cáceres y Plasencia quedan separadas por apenas 73 kilómetros, diez menos que los que había hasta ahora. De ellos, algo más de 58 kilómetros corresponden a la autovía propiamente dicha y los cerca de 15 restantes a los espacios entre esta y los centros ciudad de ambas poblaciones.

El coste total de los tramos que se abren esta tarde ronda los 129 millones de euros. La apertura del trazado que enlace las dos principales ciudades de la provincia de Cáceres, además de suponer un alivio para los conductores evitará que se acumulen más retrasos en esta obra. La situación ha afectado especialmente al tramo Cáceres-Hinojal, donde se conjugaron una imprevisión del anterior equipo ministerial dirigido por Francisco Alvarez Cascos con la eliminación de una partida presupuestaria destinada a solventar el asunto por parte del nuevo equipo de Magdalena Alvarez.

El problema arranca cuando este trazado y el contiguo por el norte se adjudican con un año de diferencia (2002 y 2003), sin que Fomento caiga en la cuenta de que si el tramo entre Cáceres e Hinojal queda finalizado antes que el Hinojal-Cañaveral no podría abrirse al tráfico, ya que muere a la altura de una carretera autonómica estrecha y sinuosa en un punto distante unos cinco kilómetros de la N-630, lo que impediría desviar el tráfico por ahí.

La solución es habilitar por parte del ministerio una partida de cuatro millones de euros para arreglar la carretera autonómica (Ex-373), ensanchándola y corrigiendo el trazado para que sirviese de enlace provisional entre el tramo de autovía Cáceres-Hinojal y la N-630 en dirección norte. Sin embargo, el nuevo equipo del ministerio suprime esta partida, y con ello la posibilidad de la conexión.

CARTA AL ALCALDE DE HINOJAL Se abre entonces una polémica política ya que desde el Gobierno actual se niega que sus antecesores tuviesen contemplada esta inversión. El debate queda zanjado, entre otras cuestiones, al conocerse una carta firmada por Leonor Martínez Pereda cuando ostentaba el cargo de consejera de Fomento, en la que indica al alcalde de Hinojal que la Junta no iba a acometer la mejora del citado tramo de la vía de titularidad autonómica (Hinojal-N-630).

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