Cáceres vivió ayer la manifestación más multitudinaria que se recuerda en la historia de la democracia. El terror sirvió para sacar a la calle a más de 50.000 personas que colapsaron durante varias horas el centro de la ciudad al grito unánime de condena a la barbarie terrorista. Hora y media después de iniciarse la marcha continuaban llegando ciudadanos hasta la plaza Mayor --donde culminaba el acto de protesta-- para mostrar su más enérgica repulsa a los atentados del jueves en Madrid.

Una pancarta bajo el lema Con las víctimas, con la Constitución, por la derrota del terrorismo encabezaba la comitiva. La abrían el alcalde José María Saponi, el subdelegado José Diego, el presidente de la diputación Juan Andrés Tovar, el presidente de la Audiencia, Juan Bote, y el delegado territorial de la Junta, Antonio Caperote. También acudieron los presidentes provinciales del PSOE y el PP, Juan Ramón Ferreira y Laureano León, respectivamente, la portavoz parlamentaria de IU Teresa Rejas, un representante de la Asociación Víctimas del Terrorismo, José Clemente, y una nutrida representación de la vida política, cultural y social de la capital cacereña.

A ellas seguían otras pancartas de representantes de las asociaciones de vecinos y cientos de personas anónimas. A lo largo del recorrido se escucharon gritos como Mirad nuestras manos, nosotros no matamos , A ti amigo, Cáceres está contigo o España unida, jamás será vencida . La empresa del transporte público, Busursa, realizó todos sus servicios gratuitos de 18.30 a 20.30 para facilitar la asistencia a la manifestación.

Quienes no pudieron acudir fueron los presos del Centro Penitenciario de Cáceres, que sin embargo realizaron una concentración silenciosa en prisión y emitieron un comunicado.

Por la mañana, más de 2.000 estudiantes de Secundaria llenaron las calles del centro con gritos de repulsa contra la violencia, pese a que la manifestación escolar se había desconvocado por el mal tiempo. Durante la misma se sucedieron pancartas, manos blancas y lazos negros.