Si no hay sucursal, que al menos haya cajero. Es el planteamiento de la Diputación de Badajoz, que ha preparado este año un ‘plan de choque’ frente a la exclusión financiera en los pueblos de la provincia, después de que los municipios más pequeños se hayan visto en los últimos años afectados por la pérdida de este tipo de servicios como consecuencia de los cierres de sucursales.

La institución ha incluido en el presupuesto para 2018 una partida destinada a dotar de cajeros a todos estos pueblos que se han quedado sin oficina bancaria. La medida cuenta con una partida de 200.000 euros y se pretende que a través de estos dispositivos sea posible llevar a cabo todas las operaciones bancarias habituales, como pagos de impuestos, tasas o recibos, y también retirada de efectivo, sin coste alguno para ellos.

«De este modo se logra recuperar el servicio bancario en las poblaciones de pequeño tamaño, donde a los bancos no les resulta rentable abrir una oficina propia», afirman desde la Diputación de Badajoz.

La exclusión financiera es una realidad que condiciona el día a día de las empresas y ciudadanos del interior de la provincia y desde la institución sitúan en una treintena el volumen de municipios que han perdido este servicio.

En estos momentos se está trabajando en la elaboración de los pliegos técnicos para sacar a licitación el arrendamiento de estos cajeros y está previsto que la medida empiece a funcionar en el primer semestre del año. R. C.