En agosto del 2004, un numeroso grupo de rumanos se asentó en las inmediaciones de Almendralejo. Entonces, según explicó un técnico de Trabajo a EL PERIODICO, Cruz Roja, junto con Bienestar Social y el ayuntamiento, montó un campamento en esta localidad, sobre todo para atender a mujeres, niños y mayores, en el que los adultos podían estar hasta siete días para buscar empleo. Según este técnico, se hizo ver a la organización humanitaria que sus buenas intenciones podían tener un efecto negativo a la larga.

"Se estaba dando cobertura a inmigrantes en situación irregular, que por tanto no podían trabajar legalmente en España. Además, en ese momento Rumanía no estaba en la UE, por lo que ni siquiera la presencia de estas personas era legal", explicó el técnico, y agregó: "Trabajo hizo ver que este tipo de campamentos, donde se ofrecía alojamiento y comida, podía tener un indeseado ´efecto llamada´ y aumentar el problema en los años siguientes".

Por ello, se pidió que no se montasen estos campamentos, ni los ayuntamientos cediesen sitios donde acampar, y así se hizo: desde aquel año no ha vuelto a repetirse la situación.

Otra cuestión eran los campamentos montados para dar alojamiento a los temporeros extranjeros en situación legal. Estos han ido desapareciendo por falta de demanda, ya que estos trabajadores cada vez acudían menos.

Ahora la situación con los rumanos es distinta porque no se les puede expulsar. Sin embargo, este técnico matizó que "sí se les puede impedir que acampen donde quieran, como a cualquier ciudadano".