Si bebes, no conduzcas. Repetido hasta la saciedad, el más popular de los lemas en contra de la conducción bajo los efectos del alcohol no termina de calar entre los extremeños. Así lo demuestran los últimos datos sobre este tema, que reflejan que la cifra de denuncias se mantiene estable en Extremadura. El fiscal de Badajoz detecta además un aumento del consumo en las ciudades, que están menos preparadas para realizar controles (solo tres de la provincia cuentan con los equipos adecuados).

El alcohol estuvo presente en el 40% de los accidentes mortales registrados en España en el 2008 (último dato disponible), según el Instituto Nacional de Toxicología. Solo en septiembre, la región registró dos siniestros graves, con jóvenes que volvían de fiesta implicados, que dejaron ocho fallecidos (siete cerca de Oliva de Mérida y uno en Barcarrota).

MAS DELITOS Aproximadamente, las cifras de denuncias por alcoholemia se mantienen estables en los últimos años, con un incremento de las tramitadas como delito desde el 2007, cuando entró en vigor la ley que fija esta consideración cuando se supera el límite de 0,60 miligramos por litro de aire respirado (0,65, porque se tiene en cuenta el margen de error de los etilómetros --aparatos con los que se mide el nivel de alcoholemia--).

Desde entonces, se pasó de las 484 diligencias penales consideradas delito por este motivo en el 2007, a las 574 del año siguiente y las 648 y 646, respectivamente, del 2008 y 2009. Por su parte, el número de infracciones administrativas (multas) se redujo en el 2008 un 15% respecto al año anterior (de 3.114 a 2.654), pero volvió al mismo nivel en el 2009 (3.255), según datos de la Delegación del Gobierno.

Según detalla el fiscal de Tráfico de Badajoz, Diego Yebra, hace cuatro años daban positivo en los controles interurbanos el 4% de los conductores, hace dos la mitad y desde hace un año y medio, en torno al 1,2%. A su juicio, es bastante difícil detectar el consumo de alcohol en carretera, pero aumenta en las ciudades, en parte porque mucha gente piensa que hay un menor control.

En este sentido, destaca que solo tres ciudades pacenses (Villanueva de la Serena, Mérida y Badajoz) cuentan con equipos adecuados para realizar este tipo de pruebas, mientras que otras como Montijo, Llerena o Valverde de Leganés tienen aparatos digitales que solo sirven para hacer muestreos. Su homóloga en Cáceres, Ruth Crehuet, en cambio, no tiene constancia de un incremento del consumo en los núcleos urbanos y señala que las ciudades que no cuentan con los útiles necesarios para hacer los controles son apoyadas por la Guardia Civil.

En lo que sí coinciden Cáceres y Badajoz es en el perfil del infractor: un varón de 35 a 55 años y perfectamente integrado en la sociedad, sin rasgos criminológicos especiales. También tienen en común que normalmente son sometidos a juicios rápidos (en el 90% de los casos) --a no ser que sean necesarios informes que amplíen los plazos de espera--. Solo en Badajoz, se ha pasado de 364 sentencias en el 2007 a 1.003 en el 2009.

Asimismo, también ha aumentado la cifra de imputaciones por delitos imprudentes con resultado de muerte o lesiones graves --de mayor grado que las imputaciones por infracciones--. En el caso de la provincia