El año pasado perdieron la vida en accidentes de carretera en España 3.823 personas. De ellas, 127 fueron en Extremadura. La cifra, así comparada o en relación con comunidades autónomas como Madrid (281) o Comunidad Valenciana (385), puede parecer pequeña o incluso adecuada al menor volumen de habitantes y el menor tamaño del parque de vehículos de la región extremeña. Sin embargo, un estudio de la Dirección General de Tráfico (DGT) indica que el número de víctimas mortales debería ser aún menor.

El departamento que dirige Pere Navarro está empeñado en desentrañar todas las causas que se esconden detrás de las altas tasas de siniestralidad y mortalidad en la red viaria española. Uno de sus últimos trabajos es La seguridad vial en las Comunidades Autónomas 1993-2006 , donde se comparan los datos de víctimas con las características demográficas, el volumen de kilómetros y el número de vehículos de cada región con las cifras a nivel nacional. El resultado es que Extremadura registra muchos más muertos en carretera de los "esperados" --o esperables-- por densidad de población y de tráfico.

En el periodo estudiado por la DGT "se observa claramente la tendencia al alza del número de accidentes con víctimas, así como la reducción en el de muertos". De hecho, la región ha pasado de tener más de 200 víctimas sobre el asfalto en el año 1999 a las 126 del 2006. Pero los autores advierten: la tasa de fallecidos por millón de habitantes (117) es superior a la media nacional y a los registros de 12 comunidades autónomas.

Es más, si se establece como referencia la cifra de fallecidos en cada territorio en relación al número de muertos que tendría si cada región poseyera la distribución demográfica por edad y sexo que posee el Estado, en Extremadura se registran más del doble de víctimas de tráfico de lo que el informe califica como esperado. Por tanto, hay factores demográficos que determinan la alta mortalidad en las carreteras extremeñas, aunque en el estudio no se advierten cuáles.

Cuando menos es más

Otro aspecto que sorprende al analizar este trabajo de la DGT es que a pesar de que la región cuenta con uno de los parques de vehículos más pequeños de la región (668.897 automóviles) y dispone de una red de carreteras de longitud mediana (9.169 kilómetros en el 2006; frente a los 32.622 de Castilla y León o los 17.518 de Galicia), sus ratios de mortalidad son más altos que la media nacionalidad.

Según los cálculos de Tráfico, a tenor del número de vehículos y de kilómetros, y en relación con los datos nacionales, en Extremadura deberían haber muerto no más de 263 personas entre los años 2003 y 2006. La realidad es que las víctimas fueron 357, un 36% más de lo "esperado".

No obstante, los últimos datos sobre siniestralidad pueden dar un vuelco a estos resultados. Según aseguró hace unas semanas el director general de Infraestructuras de la Junta, Ignacio Sánchez, el número de fallecidos en las carreteras extremeñas ha disminuido un 37% entre enero y noviembre respecto al 2007.