Alrededor del 50% del corcho que podía extraerse este año de los alcornoques extremeños se quedó en los árboles. La saca acabó hace más de un mes y, según las estimaciones del Instituto del corcho, la madera, y el carbón vegetal (Iprocor), a pesar de que la producción potencial para esta campaña era de unas 30.000 toneladas, apenas se va a llegar a las 15.000. La Agrupación Sanvicenteña de Empresarios del Corcho (Asecor), que reúne a ochenta industrias transformadoras, también prevé un importante descenso en la producción, que podría quedarse en la mitad de la obtenida en la anterior campaña, a pesar de que se contaba con un importante estoc procedente de la saca del 2008.

Este descenso en la recogida y transformación del corcho se traducirá también en una pérdida de empleos. En Extremadura viven de este sector unas 2.500 personas. Un millar dentro del ámbito forestal (guardería, trabajos forestales y saca) y en torno a 1.500 dentro de las tareas de transformación, transporte y venta. Las estimaciones de Iprocor apuntan a que al menos un 30% de estos puestos de trabajo (unos 750) se perderán este año.

Detrás de esta situación se encuentra en buena medida la crisis de otro sector, el del vino, que ha reducido drásticamente su demanda de tapones. Las embotelladoras constituyen el principal cliente de la industria corchera extremeña, ya que cerca del 80% de la producción regional se destina a la elaboración de tapones (ya sean naturales o de aglomerado). La falta de lluvias --la sequedad complica la extracción del corcho-- y las dificultades de financiación han acentuado los problemas.

Aunque el director del Iprocor, Miguel Elena, reconoce que esta ha sido "una mala campaña", matiza que finalmente se ha estado bastante por encima de las previsiones iniciales, "que eran catastróficas, de no sacar más de un 30%". Además, se muestra relativamente optimista. En primer lugar porque, explica, en las últimas semanas, "se ha activado el mercado del tapón. Lo que ocurre es que esta activación ha llegado demasiado tarde. Si hubiera ocurrido en el mes de mayo estaríamos hablando de otra campaña". En segundo, porque el director de Iprocor no cree que la situación por la que atraviesa el sector vitivinícola vaya a tener una larga duración. "El mercado del vino depende mucho de la actividad económica general, y cuando esta se recupere, también lo hará él". Eso sí, si esta recuperación no se produce, Miguel Elena reconoce que "esta situación de atonía y falta de movimiento puede acabar estrangulando al sector".

La falta de demanda también ha motivado un descenso de los precios. Respecto al 2008 este responsable de Iprocor estima que han bajado entre un 25 y un 50%.

Así las cosas, este será el tercer año consecutivo en el que baja la producción extremeña de corcho. Si en el 2006 se contabilizaron 30.500 toneladas, en el 2007 fueron 23.000 y el año pasado 18.000. Ese último año, además, ya se quedó sin recoger de los árboles en torno a un 25% del corcho. Miguel Elena reitera, sin embargo, que la capacidad de producción de corcho en Extremadura "está estable o creciendo. Nos encontramos solo ante un problema de demanda".

En cualquier caso, considera que debería producirse un movimiento estratégico de diversificación que llevase a una menor dependencia de la industria vinícola, si bien reconoce que esto es, por el momento, algo complicado, ya que la fabricación de otros productos requería una "estructura empresarial que en Extremadura no tenemos. Nuestra adaptación es absoluta al mercado del tapón, para el que contamos con unos empresarios muy eficientes".

Las producciones alternativas van desde los elementos como el mobiliario y los revestimientos murales hasta las suelas de zapatos, pasando por juntas de dilatación para construcción o para motores de vehículos. "En la decoración es un material cada vez más aceptado por los consumidores por su imagen de sostenibilidad y de producto natural, que ningún otro material encarna tan bien como el corcho", dice Elena.

Otro de los problemas que ha sufrido en los últimos años el sector ha sido la competencia de otros materiales. Para Elena, aunque este "no deja de ser un elemento de erosión", "la tendencia en los últimos años ha sido a recuperar cuota. Mercados como el americano están recuperando el corcho porque el plástico les ha decepcionado", asevera.