Casimiro Campos dirige la empresa constructora-promotora Aproext y sabe muy bien lo que es la crisis. Basta un dato. "Yo hasta marzo del 2008 tenía 150 trabajadores, ahora tengo 3 para no cerrar la oficina", señala mientras atisba que "este año va a ser aún peor que el 2009".

Este empresario lleva décadas trabajando en el sector de la construcción en Mérida y su comarca y asegura que nunca ha estado como en los dos últimos años, donde ha perdido cerca del 95% de volumen de negocio, porque "dependemos de vender casas y lo primero que se ha dejado de vender es la vivienda", a pesar de poner en el mercado pisos por debajo del coste.

Además, insiste en la falta de financiación y dice que hay que olvidarse de construir más viviendas. En su caso, solo en Mérida tiene 50 casas hechas hace años sin vender, y se pregunta: "El día que se empiece a construir a qué precio se vende".