"El criterio para elegir a la ciudad es netamente político". Así señala Jesús Málaga, exalcalde de Salamanca e promotor de la capitalidad salmantina del 2002, el final de la carrera que han iniciado Cáceres, Córdoba y Málaga hacia la capitalidad cultural europea del año 2016.

Un camino para el que restan todavía 12 años, pero que pasarán rápido para las tres candidatas. La necesidad de prepararse ha acelerado la vida municipal en los casos cacereño y cordobés y promete hacerlo también en el último aspirante. Las transformaciones visuales llegarán, aunque el ánimo de los dirigentes será clave para lograr el ansiado título europeo. Comisiones formadas por instituciones coordinan ya los trabajos.

En el caso de Córdoba, la idea tomó forma hace más de un año mientras en Cáceres la criatura acaba de cumplir seis meses. La delantera que tomó el municipio cordobés quedó rebajada en diciembre cuando Saponi logró el apoyo de las ciudades españolas patrimonio de la humanidad. Córdoba lo había conseguido en el 2002 y en septiembre pasado buscó con éxito el de las 188 miembros de la Organización de Ciudades del Patrimonio Mundial.

Lucha codo a codo

La competencia entre ambos municipios cambiará con la entrada en escena de Málaga y obligará a definir de nuevo los apoyos institucionales al proyecto. El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, respaldó sin condiciones la candidatura de Córdoba en verano y ofreció su colaboración a Rosa Aguilar a pesar de formar parte de partidos distintos.

El mensaje de la regidora cordobesa de extender el proyecto a toda la región fue decisivo para que el Gobierno andaluz impulsara la propuesta de la ciudad de la Mezquita. Ahora, y tras el anuncio realizado ayer por Málaga, el panorama por ser capital cultural se amplía y promete nuevos episodios.

Mientras tanto, en Cáceres la _ marea por ser la referencia cultural del 2016 continúa despertando fidelidades. Más de 130 declaraciones, la mayoría de ayuntamientos, dan aliento a la capitalidad cacereña que los responsables de las instituciones coinciden en señalar como "un camino duro y difícil".

Sin embargo el factor tiempo juega en favor de las opciones extremeñas. El consistorio cacereño, impulsor de la candidatura tras la sugerencia ofrecida por un grupo de ciudadanos y utilizada como baza electoral por Saponi, insiste en que la ciudad se transformará con la llegada del Ave y las nuevas carreteras antes de la fecha de la celebración europea. Todo ello unido a la revisión del plan general de ordenación urbana y a la calidad de vida creciente en una ciudad que no espera superar a corto plazo sus 87.000 habitantes. Un filón para ellos con piedras en el camino.