El alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, expulsó ayer del pleno de la corporación municipal a una ciudadana que desplegó una pequeña pancarta con la frase No a la guerra y que, cuando fue recriminada, defendió en voz alta su derecho a la libertad de expresión. La joven intentó por segunda vez sacar la pancarta y fue desalojada por la Policía Local.

Este hecho ocurrió durante el debate de dos mociones del PSOE y de IU en las que instaban al Gobierno a que Estados Unidos no utilice la base aérea de Talavera. Las mociones fueron rechazadas con los votos en contra del PP. Los populares lamentaron las agresiones de las que están siendo objeto por su postura en la guerra de Irak. De hecho, Celdrán contó que fue "perseguido hasta el río" por unos manifestantes y le pareció que algunos de sus perseguidores eran del PSOE, extremo que los socialistas negaron.