El último gran estudio abordado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revela numerosos aspectos de cómo son y cómo viven los ciudadanos extremeños, al tiempo que permite dibujar el perfil de la familia media de Extremadura. Entre otras cuestiones desvela que cerca de 125.000 vecinos están convencidos de que viven en barrios peligrosos, mientras que otros 240.000 ciudadanos aseguran que sufren en sus hogares niveles intolerables de ruidos procedentes del exterior.

El nuevo Censo de Población y Vivienda, en el que los técnicos del INE han trabajado durante cerca de tres años realizando miles de encuestas por toda la región, permite conocer cuáles son los principales problemas de los extremeños en su día a día.

Uno de los datos más llamativos que desvela este ambicioso estudio es que casi 125.000 vecinos extremeños creen que residen en un barrio peligroso, con altos niveles de delincuencia y vandalismo. Esto supone que, pese a las bajas tasas de criminalidad que históricamente presenta la comunidad, 13 de cada 100 vecinos se sienten inseguros al salir de sus viviendas.

PROBLEMAS HABITUALES Otro problema habitual, que afecta a la cuarta parte de la población regional, es el exceso de ruido. El INE confirma lo que ya venían denunciando los expertos en este campo en los últimos años, y es que en la actualidad hay 240.000 personas en Extremadura que se quejan del exceso de ruido procedente de la calle que sufren en sus hogares.

Prácticamente la mitad del censo extremeño se queja también de la escasez de zonas verdes y uno de cada tres vecinos critica la falta de limpieza en las calles de su entorno. Un colectivo más reducido denuncia los malos olores y la contaminación que soportan en sus viviendas. En el extremo contrario, como aspecto bien valorado por la amplia mayoría (más del 90%), se sitúan las buenas comunicaciones de las barriadas.

A la hora de analizar el nivel de vida que tienen los extremeños desde el punto de vista estrictamente social, el estudio del Instituto Nacional de Estadística, aborda el siempre polémico tema de la vivienda. En la región hay en torno a 100.000 personas viviendo de alquiler, mientras que ocho de cada diez extremeños son propietarios de al menos un piso.

La modalidad más habitual es la del vecino que ya ha terminado de pagar la hipoteca, con lo que se convierte de forma plena en el propietario de la casa. A estos se suman el 20% de los ciudadanos, que continúan afrontando cada mes el pago de las letras del préstamo hipotecario.

HERENCIA Y DONACION Otro 12% es propietario como consecuencia de una herencia o una donación y hay hasta 50.000 personas viviendo en casas "cedidas gratuitamente", ya sea por una empresa o un familiar.

Además, casi 95.000 extremeños son dueños de al menos una segunda propiedad inmobiliaria. La mayoría de este patrimonio inmobiliario regional se concentra dentro de Extremadura, aunque los extremeños tienen también más de 13.000 pisos en Andalucía, especialmente en zonas de playa de la provincia de Huelva. Madrid, con 4.000 viviendas, se configura como el segundo destino de los propietarios extremeños seguido por Castilla y León. Otra zona que atrae buena parte de las inversiones inmobiliarias regionales es Portugal, aunque los extremeños tienen pisos en prácticamente todas las comunidades autónomas, incluidas Melilla y Ceuta.

En el caso de los vehículos, la encuesta deja claro que sólo uno de cada cuatro ciudadanos no dispone de uno propio. Asimismo, hay 220.000 extremeños que reconocen tener dos coches y alrededor de 45.000 que disponen de "tres o más".

Uno de los aspectos que analiza el informe del INE es la estructura de los hogares de la región. De forma previa puntualiza que casi la mitad de la población está casada, mientras que un volumen muy parecido permanece soltero. A estos se suman los viudos (7%) y en un porcentaje mínimo los separados y los divorciados.

Por lo que se refiere a la estructura del hogar, los formados por cuatro o tres personas son los más habituales en Extremadura y en la gran mayoría hay al menos un menor de edad.

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