La compañía tabaquera Cetarsa tendrá que pagar cerca de 10 millones de euros para hacer frente al medio centenar de prejubilaciones incluidas en su expediente de regulación de empleo (ERE). Esta cantidad, a la que aún habría que sumar el coste de las indemnizaciones por despidos y bajas incentivadas, equivale a los beneficios obtenidos por la empresa en los tres últimos ejercicios económicos.

Los responsable de Cetarsa alcanzaron el pasado 15 de junio un acuerdo con los sindicatos para aplicar un ERE que afectaría a 110 trabajadores (el 20% de la plantilla), además del cierre de la fábrica de Coria como centro de procesado de tabaco burley. Casi dos meses después, el expediente está aprobado por el Ministerio de Trabajo e Inmigración y en proceso de ejecución, "salvo pequeños flecos que se resolverán en los próximos días", según las distintas fuentes consultadas.

Aunque ese acuerdo de junio contemplaba la extinción de 110 contratos --sobre una plantilla total de 561 trabajadores--, la cifra final de afectados será --con toda probabilidad-- algo menor. Concretamente 107, de acuerdo con los datos que manejan en este momento los sindicatos. No obstante, se trata de un número aún provisional, una vez cerrado el plazo para que los empleados pudieran acogerse voluntariamente a las prejubilaciones, recolocaciones y bajas incentivadas, y a expensas de que la compañía comunique oficialmente que aprueba todos los casos.

De los 107 trabajadores afectados por este ERE, 58 se han acogido a prejubilaciones. Se trata de 36 fijos discontinuos, todos ellos de la planta que Cetarsa tiene en Coria, y otros 22 fijos procedentes del resto de centros productivos y oficinas (Navalmoral, Talayuela, Jaraíz de la Vera, Jarandilla y el punto de compra de tabaco de Fuente Vaqueros, en Granada). Según los datos a los que ha tenido acceso este diario, estos trabajadores percibirán desde este mes y hasta su jubilación unas rentas y complementos salariales que superan los 10 millones de euros en su conjunto total --para acogerse a la prejubilación deben de haber cumplido los 54 años antes del 31 de diciembre de este 2010--. Esta cuantía prácticamente equivale a los beneficios obtenidos por la compañía pública en los tres últimos ejercicios económicos (9,3 millones).

22 MILLONES EN EL 2002 En estos momentos la compañía negocia con diversas aseguradoras para financiar la operación. No obstante, el montante final del ERE será todavía mayor una vez que se cierre definitivamente el proceso de bajas incentivadas y despidos.

Hay que recordar que el anterior ERE, aplicado por Cetarsa en el 2002, tuvo un coste de 22,4 millones de euros en indemnizaciones a los más de 500 empleados afectados en aquella ocasión.

Además de las 58 prejubilaciones referidas, el expediente supone por el momento la extinción de 49 contratos más por la vía de bajas incentivadas. En este caso también se trata mayoritariamente de personal fijo discontinuo de la fábrica de Coria, que contaba con una plantilla de 88 personas, en la que solo ocho eran fijos. Asimismo, para facilitar el proceso, la empresa aceptó abrir un proceso de recolocaciones, dirigido principalmente al personal de la planta cauriense. En este sentido, los sindicatos explican que, de las seis solicitudes presentadas por los trabajadores, la compañía ha aprobado cuatro.

Este ERE extintivo incluye el cese de la actividad productiva en Coria. La fábrica de procesado de tabaco burley se encuentra cerrada desde el pasado día 31, una vez finalizada la campaña 2009-2010. No obstante, la instalación mantiene abierto un punto de compra y recogida de tabaco para los productores de la zona.