Hace cien años, en Cáceres, se celebraba el primer Consejo de Administración de la recién nacida Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres, "creada con un capital social de 19.000 pesetas, de las cuales 1.000 fueron una aportación generosa de su augusto abuelo, el Rey Alfonso XIII". Fue este el apunte histórico con el que, dirigiéndose a don Juan Carlos, inició ayer Jesús Medina, presidente de Caja de Extremadura, el repaso que hizo a los cien años de vida de la entidad que preside, un centenario que comenzó a celebrarse el pasado 1 de febrero con un concierto de la Orquesta de Extremadura y concluirá el 31 de enero próximo con el cierre de la exposición que se inauguró ayer.

Aquel primer Consejo de Administración de la Caja de Cáceres, "dada la escasez de medios con que contaba la entidad", hubo de celebrarse en el domicilio particular de su primer presidente, José Miguel de Mayoralgo, conde de Canilleros, Y, "por esas curiosidades y paradojas que depara la historia", el lugar donde tuvo su origen la Caja de Cáceres, el Palacio de Mayoralgo, se ha convertido en el domicilio social de la Caja de Extremadura desde el 2004.

Heredera de dos cajas preexistentes, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres, constituida en 1906, y la Caja de Plasencia, de 1911, la Caja de Extremadura es, desde el momento mismo de su fundación, el 19 de julio de 1990, "consecuencia directa de la exigencia de los nuevos tiempos y de la adaptación a las nuevas demandas de la sociedad extremeña", se hace constar desde la entidad en una breve reseña histórica.

Desde entonces, la entidad financiera "líder en Extremadura", cumple con la función social, elemento distintivo y definitorio de las cajas de ahorros, y mantiene su "compromiso de vinculación territorial con la región que le da nombre". Y al progreso y desarrollo económico, y a la amplia oferta de productos financieros, une "el compromiso de revertir en la sociedad lo que la sociedad le aporta ". A su obra social, en el año 2002, se le concedió la Medalla de Extremadura.