La entrada en vigor a mediados del 2007 de la normativa que legalizó el aborto en Portugal ha hecho que se reduzca drásticamente la cifra de mujeres que vienen a Extremadura a interrumpir su embarazo desde el país vecino. En cualquier caso, la normativa lusa sigue siendo más restrictiva que la española a la hora de fijar el número de semanas máximo hasta el que se puede interrumpir el embarazo (diez frente doce).

En la clínica Guadiana-Los Arcos, de Badajoz, única autorizada en la región, la cifra de intervenciones practicadas a mujeres lusas en el 2007 rondó las 1.500, mientras que el año pasado fue de en torno a 500. "La mayoría de ellas se quedan ya en Portugal en lugar de desplazarse a Badajoz o Vigo", dice su gerente, Miguel Montejo.