Una veintena de calles con nombres franquistas y algún que otro símbolo relacionado con el régimen en fachadas de palacios o viviendas son las reminiscencias que en cinco de las ocho principales ciudades extremeñas quedan de ese pasado que aborda la ley de la Memoria Histórica. Y es que en la mayoría de estas ciudades ya se inició hace años lo que ahora aborda la nueva redacción de esta ley, cuya ponencia fue aprobada el miércoles en el Congreso, como es la obligación para instituciones y particulares de retirar los símbolos franquistas, arriesgándose a que por parte de las administraciones públicas se les retiren subvenciones y ayudas para conservarlos. Solo se salvarán estos elementos simbólicos "cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados" o por razones "artísticas y arquitectónicas".

Pero en casi todas las ciudades extremeñas sus ayuntamientos se encargaron ya en su día de eliminarlos, lo que hace que apenas se conserven vestigios, o que no los haya, como ocurre en Mérida, Don Benito y Almendralejo.

De todas es Cáceres la que más conserva --prácticamente la mitad de esa veintena de calles, en concreto 11 de las 23 que suman aún esas cinco grandes ciudades--, aunque será por poco tiempo, pues la comisión municipal de Cultura cerró el pasado día 4 el expediente del cambio de denominación de esas once calles.

Lo ha promovido el concejal de IU Santiago Pavón, para el que la ley de Memoria Histórica es "solo un punto de partida que supone una reparación moral, legal y económica, si se puede, de las víctimas de la guerra y la dictadura", al tiempo que considera que "los que afirman que con esta ley se van abrir heridas están muy equivocados, se trata de cerrar las que estaban abiertas".

En cuanto a símbolos, los más destacados en Cáceres de los que aún se conservan son la Cruz de los Caídos, el águila de la fachada del palacio del Tribunal de Justicia de Extremadura, con la leyenda España, una, grande y libre y el yugo y las flechas franquistas. Este, por su valor histórico-artístico, es difícil que desaparezca pese a la ley, opinan algunos historiadores, informa J. G. Romero.

Los símbolos franquistas que perviven en calles y plazas de Badajoz no son demasiados. Los nombres de militares relacionados con el alzamiento y con el régimen franquista han ido desapareciendo de los rótulos de las calles con el paso de los años, como es el caso de la calle El Tercio, teniente coronel Yagüe, Flechas Negras o José Antonio; y también retocaron la Cruz de los Caídos que se encontraba en la Alcazaba para eliminar las inscripciones relativas a los caídos.

El año pasado se retiró un escudo ornamental de piedra situado en la frontera de Caya, y la empresa pública Correos ocultó con una placa metálica con su logo el escudo franquista de la fachada de su edificio principal, en el paseo de San Francisco.

Sin embargo, aún permanecen en la ciudad seis calles con nombres franquistas, situadas en el casco antiguo, Santa Marina, San Roque y Pardaleras. Además, perdura un escudo franquista en la fachada de un edificio de viviendas de la plaza del Pilar. Informa G. Leitón

En Mérida, informa César Peguero, los símbolos franquistas se quitaron entre los años 1982 y 1983 cuando gobernaba el ayuntamiento el PSOE y era alcalde Antonio Vélez. Así, en dos años se cambió el nombre de todas las calles que recordaban militares que mandaban las tropas que tomaron Mérida en agosto de 1936 y se cambiaron por otros más universales y conocidos. José Antonio Primo de Rivera pasó allamarse Cervantes; CapitánBarón, Los Maestros; la Rambladel Generalísimo, Santa Eulalia;Teniente Coronel Yagüe, calle Almendralejo;y Comandante Castejón,calle John Lennon.Otro elemento que eliminó elayuntamiento fue la Cruz de losCaídos situada en la parte altade la Rambla, un monolito de escasovalor arquitectónico que selevantó en memoria de loscaídos en la Guerra Civil, perodel bando franquista.

El exalcalde Antonio Vélez recuerdaque la retirada de estossímbolos se hizo “con algo depolémica, pero no excesiva. Lamayoría de los ciudadanos se lotomó como algo normal, pese ano gustar en algunos sectores”.

ESCASOS RESTOS / También enPlasencia se han hecho ya cambios.Hace justo un año el ayuntamientodecidió cambiar elnombre de la avenida José Antoniopor el de La Salle, aunqueaún muchos siguen reconociéndolacon su antiguo nombre. Yeste no ha sido el único cambio,pues desde julio del 2004 las antiguasavenidas del Generalísimo ydel Ejército se llaman de Juan CarlosI; y la primera desaparición denombres franquistas se llevó a caboen 1989 cuando se cambió Batallónde Ametralladoras por la actualCañada Real. Los únicos recuerdosdel franquismo que perduranson la calle Órdenes Militaresy la Cruz de los Caídos, informaM. Dueñas.

En Villanueva de la Serena sonescasos los elementos que aúnconservan signos del franquismo.En su mayoría están relacionadoscon el nombre de calles, yla mayor parte de los signos seubican en el barrio de Cruz delRío. Algunos nombres están enpiedra en casas construidas enlos años 50, y hay dos calles connombres de falangistas que cayeronen el frente durante los primerosdías de la contienda, RomualdoMateo Horrillo y ManuelPuerto Parejo. En éste último caso,aunque se conserva la placacon el nombre, la vía ha pasadoa denominarse calle de la Jira. Eltercer falangista al que se otorgóuna calle es Rufino DelgadoMuñino, en el barrio Nuevo.

Por contra, nada se conservaque recuerde la dictadura enDon Benito, al menos ni el alcalde,Mariano Gallego, ni el cronistaoficial, Diego Soto, lo recuerdan.La mayoría de las calles connombres como Calvo Sotelo oGeneral Sanjurjo desaparecieronen los 80, informa M. Martín.En Almendralejo el único símbolodel franquismo que queda,un mosaico en cerámica del escudode la dictadura, se encuentraen la comisaría de la PolicíaNacional. Y es que estos símboloscomenzaron a desapareceraquídurante las primeras legislaturasde la democracia, con gobiernossocialistas. Entre 1983 y1987 se cambió el nombre de numerosascalles rotuladas connombres de militares de la dictadura,varios monumentos fueronretirados, y el colegio Ortegay Gasset dejó de llamarse GeneralFranco, informa M. A. Parra.En Navalmoral se mezclan lascalles que honran la memoria dedestacados militares franquistascon la de dirigentes republicanos,aunque la mayoría son vías de escasaimportancia. Puede encontrarse,así, a Canalejas, destacadoregeneracionista español, variasveces ministro y republicano,junto al dirigente nacionalsindicalistay uno de los fundadores dela Jons, Onésimo Redondo. Tambiénse conserva una calle dedicadaal general Sanjurjo, uno de losprincipales conspiradores de lasublevación militar de 1936 quedesembocó en la guerra civil, informaC. González.