La sangría de votos que CiU ha sufrido desde 1999 se reveló ayer imparable al perder más de 470.000 sufragios. La federación nacionalista obtuvo el 17,42% de los votos en Cataluña, lo que supone una caída de 11,86 puntos respecto de las europeas de 1999 y de 3,3 sobre las generales del 14-M. La cúpula de CiU reconoció que los resultados "no son suficientemente satisfactorios", pero sí "remontables".

La alianza con el PNV y el BNG no dio a CiU los resultados esperados. Galeusca obtuvo tres eurodiputados, pero sólo el primero --Ignasi Guardans-- es de CiU. Los otros dos son de PNV y BNG. Hasta ahora CiU tenía tres. CiU achacó su mal resultado a la "españolización" y a la "bipolarización" de la campaña. Artur Mas fue algo más allá y admitió que los dos valores que CiU llevaba por bandera, "Europa y Cataluña", no han recibido una "gratificación" en las urnas.

Mejor valoración hizo Josu Jon Imaz, que afirmó que los resultados del PNV son "los mejores" de la historia del partido en las europeas. El 35,3% de los votos confirman a los peneuvistas como primera fuerza en Euskadi.

El presidente del PNV se felicitó de que Galeusca haya logrado "sentar a las tres naciones" en el Europarlamento. Y añadió que, como "tercera fuerza" en el Estado, Galeusca es "interlocutor imprescindible" para reformular el proyecto de Estado.