Claudia llegó a Cáceres hace quince años desde Argentina. Cinco años después se presentó al examen del MIR pero no sacó plaza, entonces se puso a trabajar para el Servicio Extremeño de Salud en la especialidad de Medicina de Familia, aunque sin plaza. Con el tiempo se presentó a las oposiciones, y logró una plaza como residente en Cáceres. A sus 42 años está a punto de terminar su periodo de formación.

Una vez concluido esperará "a ver qué presenta el sistema", aunque ella tiene claro que se quiere quedar en Cáceres, donde vive junto a su familia, y espera que los puntos acumulados en este tiempo le sirvan para cumplir su objetivo. "Todo cuenta a la hora de opositar".

"En este tiempo he visto a muchos compañeros que se han tenido que marchar. Este sistema es agotador porque es una carrera muy larga, son muchos y años y al final ya has formado una familia y te tienes que poner a trabajar para ganar dinero". El esfuerzo realizado para cumplir su objetivo le lleva a comprender que ahora muchos estudiantes no quieran empezar una carrera tan larga.

Reconoce que es positivo para los ciudadanos que haya muchos hospitales abiertos, pero ello provoca que haya plazas, sobre todo aquellos con menos medios, que son menos atractivas para los profesionales.