Se acabaron los cursos genéricos para parados, donde se acudía por obligación para recibir una cualificación que, las más de las veces, no tenía luego cabida en el mercado laboral. Jaime Ruiz Peña, gerente del Sexpe y ponente ayer en la mesa sobre el uso del Fondo Social Europeo (FSE), aseguró que su departamento ha cambiado de estrategia. Ahora lo que se impulsa es la formación a la carta . Es decir, los parados de una determinada zona reciben la formación específica que demanda la empresa que se va a instalar en esa zona. "Así, el desempleado sabe que acude a un curso que le va a proporcionar un empleo", señaló.

También apuntó que ha cambiado el objetivo prioritario de las políticas de empleo, por la evolución demográfica. El colectivo que demanda una mayor inserción está entre los 25 y 45 años, "y son mayoritariamente mujeres, que constituyen dos tercios del total de personas a las que se orienta para su integración laboral".

Por otro lado, defendió que los participantes en los talleres de inserción cobren un sueldo. Como ejemplo, citó el caso de las mujeres maltratadas, "que están en un periodo de inserción laboral, pero también de reconstrucción personal" y a las que hay que garantizar algún medio de vida.

En todo caso, afirmó que lo que se necesita en Extremadura "es más empleo privado y menos empleo público", y defendió el "éxito" del modelo extremeño --sólo en el último año el paro entre universitarios ha caído un 255--, ya que a través del Sexpe encuentran trabajo 63.000 personas cada año.