La Comisión Europea propone reducir 400.000 hectáreas en un periodo de cinco años y eliminar algunas medidas de apoyo al mercado, entre ellas las ayudas a la destilación, un gasto que Bruselas juzga demasiado oneroso.

Para esta reducción de superficie de cultivo en cinco años, la CE prevé primas por valor de 2.400 millones de euros. En el sistema vigente actualmente también existe la posibilidad de arrancar cepas, una decisión que está en manos de los Estados miembros y que no se ha utilizado desde 1996.

La diferencia de esta propuesta estriba en que el arranque de viñedos tendrá un carácter opcional y no será decidido y demandado por los países, sino por los productores cuando consideren que su actividad no es rentable. A cambio de abandonar la producción optarán a primas que de momento no están definidas.

Al mismo tiempo que la Comisión apuesta por arrancar viñedos, también plantea eliminar el sistema de derechos de plantación, de manera que quedará revocada la prohibición de nuevos cultivos.

Otra de las iniciativas que contempla la reforma es la supresión de una serie de medidas de apoyo al mercado, como la destinada a la destilación de subproductos, la destilación de alcohol de boca, la ayuda al almacenamiento privado y la ayuda al mosto. También se suprimirá la destilación de crisis y será sustituida por una red de seguridad alternativa que recurrirá a la dotación financiera nacional. También se plantea prohibir el uso del azúcar para el enriquecimiento de alcohol y reducir el nivel máximo de enriquecimiento con mosto. Asimismo, se contempla prohibir la importación de mostos de terceros países y, posteriormente, de vinos destinados a mezclarse con caldos europeos.