Hoy por hoy, la industria no es en Extremadura ni de lejos la principal fuente de emisiones de efecto invernadero. De hecho, de los 8,2 millones de toneladas de CO2 que se vierten a la atmósfera, la industria apenas supone el 15%. El resto pertenece a la denominada contaminación difusa, es decir, de origen agroganadero, del transporte y de los hogares, especialmente de los dos primeros.

Por ello, el borrador de Estrategia Extremeña contra el Cambio Climático, presentado ayer a la secretaria de Estado de Cambio Climático, adapta esta realidad a las medidas genéricas marcadas por el Estado.

De este modo, José Luis Navarro, consejero de Medio Ambiente, explicó que se incidirá en el tratamiento de los purines de cerdo "un problema que no se da en otras regiones" para producir biogás y a partir de ahí energía. Igualmente se hará con los restos de poda, cuya quema es una de las mayores fuente de polución. "Se pretende que sean utilizadas como biomasa, porque así emitirían lo mismo, pero generando electricidad y por tanto evitando las emisiones añadidas que esa generación produciría de otro modo".

Ya hay importantes proyectos que siguen esta estrategia, como la planta de biomasa que Acciona construye en Miajadas y que tendrá una potencia de 15 megavatios, generando energía a partir de paja de maíz.

En el transporte, Navarro se mostró convencido de que "en el sector del automóvil las grandes multinacionales han vivido un cambio de mentalidad en lo que se refiere a los vehículos eléctricos o híbridos. Quienes hasta ahora han estado frenando un desarrollo importante de estos vehículos durante años, se han lanzado sacar motores cada vez más eficientes". Por ello, la Junta estará atenta para apoyar esta tendencia "porque la reducción de emisiones sería enorme".

También, como no, se incidirá en la implantación de los biocarburantes, aunque en este campo el consejero indicó que la estrategia es la que se marque con los objetivos estatales (un 7% de biocombustibles a corto plazo) y de la UE.