Hace apenas un sexenio, el mapa de la inmigración en Extremadura era muy distinto del actual, no sólo porque los extranjeros apenas tenían presencia en la región, ya que apenas había 4.500, sino por la procedencia del foráneo.

Así, por razones lógicas de vecindad, y atraídos por especialmente por las campañas agrícolas en distintas zonas y diferentes épocas del año, los portugueses eran los reyes de la inmigración, y suponían más de un tercio del total. También los marroquíes, que comenzaban a asentarse en las comarcas del norte de Cáceres, hacían notar su presencia, y sumaban otro tercio al total de extranjeros.

Hoy, en términos absolutos, continúa la preeminencia de estos dos grupos de nacionalidad, pero, sobre todo en el caso de los portugueses, su peso ha caído bastante. Así, el número de ciudadanos lusos se ha mantenido prácticamente invariable, y no llega a los 2.000. Sí ha crecido significativamente el de marroquíes, que rondan ya los 8.000, --un 400% más--, por encima de lo que ha subido la población extranjera total.

Sin embargo, nuevas nacionalidades han empezado a hacer notar su presencia, en ocasiones de manera espectacular. Tal es el caso de los colombianos: en 1996, apenas había 49; hoy ya rondan los 700, y se colocan como tercer colectivo extranjero más numeroso. Algo similar, pero en menor medida, ocurre con los chinos, cuya presencia se ha multiplicado por tres en seis años, y que, quizá, se hacen notar más, ya que su tendencia es a asentarse en las ciudades y montar negocios.

Como dato anecdótico, señalar que el colectivo de extranjeros que, en términos porcentuales, más ha subido en la región en el periodo de referencia es el de angoleños, ya que han pasado de sólo dos a 91, lo que supone un 4.450% más.

Unido al fenómeno del incremento de la inmigración, viene, inevitablemente, un crecimiento en los matrimonios donde uno de los dos cónyuges es extranjero. En Extremadura, durante el año 2000 (último con datos de Interior), se produjeron 71 enlaces mixtos.

Más con extranjeras

Aquí, parece que los extremeños son más proclives al matrimonio con extranjeras que las extremeñas a hacer lo propio con un varón foráneo. Así, fueron 42 los nacidos en Extremadura que se casaron con inmigrantes, la mitad de origen iberoamericano y, dentro de éstas, con gran preponderancia de colombianas y brasileñas.

En cuanto a las extremeñas, su elección se decantó mayoritariamente por hombres provenientes de países de la UE, y fueron muy pocas las que optaron por casarse con africanos, casi siempre marroquíes, o ciudadanos de otras nacionalidades.

En cuanto al tipo de ceremonia elegida, un alto porcentaje optó por el matrimonio civil (el 63%). El resto fueron todos matrimonios por el rito católico.

Unido a esta cuestión, y a la presencia de familias completas de inmigrantes, los extranjeros han protagonizado su propio baby boom , y el número de nacimientos de madre extranjera creció un 26% en sólo un año, muy por encima de la raquítica tasa de natalidad propia.