La campaña de vacunación contra la gripe común comenzó ayer en los centros de salud de Extremadura sin grandes novedades con respecto a la de años anteriores salvo por un matiz temporal obligado por el repunte de los casos de la gripe A, la que provoca el virus H1N1, que está previsto a partir de noviembre. Se trata del inicio de campaña más adelantado de los últimos años, entre 15 y 20 días antes de lo habitual, que suele fijarse para la segunda o tercera semana del mes de octubre. Además, se va a desarrollar más rápido, puesto que se quiere suministrar al menos el 70% de las 309.000 dosis disponibles en el plazo de un mes, cuando lo habitual es que se extienda al menos durante 90 días.

La razón, como ya se había adelantado, es evitar en lo posible que esta campaña confluya en el tiempo con la administración de las dosis para la gripe A. Según las últimas estimaciones, los organismos sanitarios europeos no darán vía libre a los nuevos fármacos hasta el mes de noviembre.

Por un lado las autoridades de la salud quieren con este adelanto evitar que los servicios sanitarios se colapsen. Si las campañas para la gripe estacional ya distorsionan funcionamiento habitual de los centros de salud en casos puntuales, la confluencia entre ambas campañas complicaría aún más la situación.

Por el otro los médicos recomiendan dejar pasar aproximadamente un mes entre la vacuna para la gripe estacional y la futura vacuna para la A, puesto que la primera no protege para la segunda y viceversa. Es decir, que aquellas personas que se encuentren entre los grupos de riesgo determinados para cada enfermedad deberán pasar dos veces por su centro de salud para que le administren cada una de las dosis. Sin embargo, aún no se conoce con exactitud cuáles tendrán que repetir, puesto que la población diana de la nueva vacuna no se fijará hasta que esté lista para su dispensación. Con anterioridad, debe ser probada para conocer sus posibles efectos secundarios y para quien son susceptibles.

GRUPOS DE RIESGO Los que si están perfectamente identificados como grupos de riesgo son los de la gripe común, que son los habituales: los mayores de 65 años, los menores cuya condición clínica se vea perjudicada por las complicaciones derivadas de la gripe (quienes padezcan enfermedades crónicas, en especial cardiovasculares, pulmonares, embarazadas en el segundo o tercer trimestre de gestación). También las personas que por su trabajo pueden trasmitir la enfermedad a otras con riesgo de sufrir complicaciones; y los servicios comunitarios esenciales, es decir, los cuerpos de seguridad, bomberos y personal de Protección Civil.

La campaña titulada A la gripe, pónselo difícil tiene el objetivo de alcanzar, al menos, al 70% de los extremeños que cumplen con alguno de los citados requisitos, para alcanzar la cifra habitual de vacunados en la región, que en los últimos años se ha situado en torno a las 210.000 personas. Cada dosis de las adquiridas le cuestan a la Junta 5,40 euros, lo que supone un total de 1.667.700 euros.

En el caso de la nueva gripe, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (compuesto por todos los consejeros/as de sanidad de las Comunidades Autónomas y presidido por la Ministra de Sanidad y Política Social) aprobó unos grupos de población prioritarios para la vacunación contra la nueva gripe, que aún no son definitivos a falta de realizar las pertinentes pruebas, y que en muchos casos coinciden con la gripe común.

Sin embargo, por el momento no se prevé que deban hacerlo los mayores de 65 años. Si están incluidos quienes tienen enfermedades cardiovasculares y respiratorias, diabetes (Tipos I y II con tratamiento farmacológico), insuficiencia renal, hemoglobinopatías y anemias moderadas-graves, asplenia, enfermedad hepática crónica avanzada, enfermedades neuromusculares graves, pacientes con inmunosupresión (VIH, fármacos o trasplantados). También quienes sufren de obesidad mórbida, embarazadas, sanitarios y servicios esenciales.Para este año se espera que la gripe común tenga una incidencia mucho menor de lo habitual en detrimento de la gripe A, según la experiencia cosechada en países del hemisferio sur, donde ya han pasado el invierno. El jefe de servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario 12 de Octubre e Melilla, José Ramón de Juanes, con motivo de las III Jornadas de Vacunas, avanzó que este año el virus H1N1 desplazará a las gripes estacionales, por lo que la mayoría de los casos que se registren serán del tipo A. "Este invierno -las bajas temperaturas contribuyen a su propagación- los que padezcan la gripe, probablemente estén contagiados del nuevo virus", afirma De Juanes, sobre el que los expertos recuerdan que hasta ahora se ha comportado de una forma menos virulenta (la gripe A ha matado a menos gente en todo el hemisferio sur que la común solo en España cualquier año) aunque con una capacidad mayor para el contagio.

MENSAJE DE TRANQUILIDAD Otro experto, en este caso el jefe de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Carlos III de Madrid, Juan Martínez Hernández, ha pronosticado que el H1N1 se anticipará en España al de la gripe estacional y la primera oleada del virus se producirá entre los meses de octubre y noviembre. El mensaje más repetido estos días por los médicos y los responsables de Sanidad es de tranquilidad. El propio doctor Martínez Hernández recuerda que "la inmensa mayoría" de los casos serán leves, con síntomas como los de un simple catarro y no será necesaria la hospitalización.

"Estamos preparados", comentó ayer Ceciliano Franco, director gerente del Servicio Extremeño de Salud (SES), con motivo de la presentación de la campaña de vacunación de la gripe común. Extremadura cuenta ya con un plan de refuerzo de los servicios sanitarios para evitar que el previsible repunte de la enfermedad altere el funcionamiento de los centros de salud y hospitales. Así, se ha establecido un primer nivel de alerta, aún no activado, que no establece cambios organizativos en los centros sanitarios, al considerar que el personal habitual se basta para atender la demanda.

Si esta situación cambia, se activará el segundo nivel, según el cual los medios humanos y materiales a disposición de los centros sanitarios sufrirán una reorganización y se modificarán las tareas previstas, como por ejemplo una operación que no sea urgente, con el fin de destinar a la atención de los contagios de la gripe A el mayor número de personal sanitario disponible.

El nivel máximo, cuyas posibilidades de activación se consideran muy remotas, lleva a la incorporación de personal externo a los hospitales, procedentes de los servicios sociosanitarios y de la sanidad privada.