Hipoteca o alquiler. La luz, el gas, el agua, los impuestos, el seguro del coche, la comida... Y todo con mil euros. Dos factores que no parece fácil conjugar, pero a los que muchos extremeños (500.000, según Gestha) hacen frente en su día a día. O por lo menos se las ingenian para poder vivir dignamente.

Este es el caso de Jacinto Ayuso, un dependiente de una tienda de Mérida, padre de familia y cuyo núcleo familiar se sustenta con su sueldo de mil euros. El matrimonio, propietario de una VPO que ya han pagado en su totalidad, decidieron al ser padres de dos niñas que uno de los dos tenía que cuidar de ellas, cuenta Ayuso tajantemente, pues su pretensión era no desatender a sus hijas .

"Le tocó a ella porque yo tenía mi trabajo fijo y ella no. En ocasiones ha estado ejerciendo de auxiliar sanitario, pero solo dos o tres meses al año, con lo que ganaba, y gracias a mis mil euros fijos, nos hemos adaptado. Con todo lo que mi mujer ganó hemos pagado la educación de mis hijas. Ahora la mayor estudia Telecomunicaciones en Cáceres". Y todo esto sin beca del ministerio, asegura Jacinto Ayuso quien es un firme defensor de que para vivir es necesario "adaptarse a las circunstancias".

Quizá la buena administración de la economía de un hogar sea el quid de la cuestión para que esta y muchas familias puedan abordar sus gastos. No obstante, y a pesar de que Extremadura es la última del ránking de la renta per cápita, aquí el esfuerzo para vivir es menor que en el resto de España. Tal y como dice Ayuso: "nosotros cubrimos las necesidades básicas". Eso sí, no hay cabida para el lujo aun viviendo en la comunidad que "mayor calidad de vida tiene del país", considera.

"Que se diga siempre que la región es la última me sienta mal porque en realidad se tendrían que tener en cuenta otros factores ya que nosotros tenemos acceso a muchos servicios que con mil euros nos dan de sí y en otras regiones no".

Sin embargo, no todo el mundo se muestra tan "optimista" como se define el mismo Jacinto Ayuso. Raúl Collado es camarero y, junto con su novia, tiene que apretarse el cinturón para salir adelante. Raúl trabaja a jornada completa y su chica a media jornada, con lo que al mes los ingresos de su casa superan los mil euros escasos.

Parejas como la de Raúl tienen que achucharse mucho, y más en estos tiempos. "Estamos haciendo malabares con el dinero: pagando los recibos, las bodas que hemos ido para cumplir con la familia, el seguro, el coche, el rodaje, las revisiones... Me he visto obligado a pedirle favores a mis padres... si no fuera por las familias estaríamos apretaditos . Algunos días comemos en casa de mis padres otros con mis suegros".

La pareja vive desde hace ocho meses de alquiler y por el momento no piensa en tener niños ya que la situación ahora no pinta bien, afirma. A pesar de todo Raúl Collado sostiene que la región "es un cachito de cielo, aquí es más barato y nunca te va a faltar la comida".

Tras cuatro años trabajando en la misma empresa, ni se ha planteado siquiera pedir un aumento de sueldo a sus jefes: "ellos me lo suben a mí, si lo quiero bien, y si no ahí está la puerta" asevera triste.