¿Podrían acabar las operaciones de cirugía estética con un trauma psicológico? Las personas que acuden a los quirófanos creen que sus complejos se esfumarán con esa intervención, pero los psicólogos piensan de otra forma. La mayor parte de estos profesionales opina que la cirugía es el último fin al que se debe recurrir y sólo en casos excepcionales, cuando es necesaria para mejorar la salud del paciente.

Luis Peña Franco, psicoterapeuta, afirma que "sólo recomendaría a un paciente que se operase si sufre problemas médicos verificables o trastorno de identidad. Por ejemplo, un transexual con una personalidad física y otra psicológica".

Pero la cirugía estética hoy en día está al alcance de mucha gente: bajaron los precios, se habilitaron créditos para ello,... Por eso, aseguran los médicos, cada año aumenta el número de pacientes que desea mejorar el aspecto físico.

Los cirujanos y psicólogos recomiendan a los pacientes "no tomarse a la torera esto de la cirugía" y evitar correr riesgos innecesarios por cuestiones meramente obsesivas.

"Una persona que cree que su cuerpo está mal pero en realidad no es así, no sufre ningún complejo, sino un trastorno narcisista, y la operación no acabará con este problema", asegura Peña.

La única solución que los psicólogos proponen para superar un complejo son horas de terapia y trabajar desde un enfoque más profundo. María del Mar Solís Prieto, del Centro de Psicología en Mérida, explica que "más efectivo que una operación para que el paciente mejore sus relaciones sociales y su vida en pareja es un tratamiento que le ayude a aceptar todas las partes de su cuerpo tal y como son".

El problema, según explica Pura Sánchez, del Gabinete Psicológico Rhës, es que vivimos en una sociedad donde la juventud y la belleza son los valores en alza. Ella lo tiene claro y recomienda "aprender a mirarnos por dentro, darnos permiso para no ser perfectos".

Pero, además, las operaciones de cirugía estética pueden llegar a producir adicción. Los adictos al bisturí suelen ser inseguros y muestran rechazo a su cuerpo. La psicóloga Patricia Caballero, especialista en el tratamiento de adicciones, asegura que "a este tipo de personas hay que tratarlas como a cualquier individuo que consuma algo perjudicial para sí mismo, incidiendo en su mente para que abandone esa práctica".