Protesta "positiva" para defender la enseñanza concertada, pero desigual en las aulas. Unas 1.500 personas --4.000 según la organización-- entre padres, madres, profesores y alumnos de todas las edades acudieron al mediodía de ayer a las puertas de la Consejería de Educación, en Mérida, para denunciar que los centros concertados soportan "ataques indiscriminados de la Administración".

La organización de Escuelas Católicas de Extremadura (FERE-CECA y EYG), que convocó la protesta, estuvo arropada además por los sindicatos FETE-UGT, FSIE, USO y la Asociación para la Defensa de la Enseñanza Concertada de Extremadura (Adecex). Los organizadores leyeron un manifesto, que entregaron en la Consejería de Educación, donde denuncian "que a pesar de estar sostenidos con fondos públicos, los colegios concertados reciben un trato desigual". Una situación que el documento justifica con "la supresión indiscriminada de unidades suficientemente demandadas y la eliminación de los módulos de grado medio de los ciclos formativos por la falta de fondos económicos, con la consiguiente puesta en peligro, año tras año, de la estabilidad familiar y laboral de los docentes".

Entre otras causas, el responsable de leer el documento, Guillermo Sanabria, secretario de USO, achacó la movilización a la desvinculación del derecho de las familias a la participación de los fondos públicos destinados al apoyo escolar --ayudas y programas de refuerzo--, a que sus hijos se acojan al Plan Linguaex o a que tengan transporte publico gratuito, comedor o aulas matinales.

El secretario de Escuelas Católicas, Iván Hodar, tras considerar la protesta como "un éxito", aludió a "las 17 unidades concertadas que podrían desaparecer el próximo curso, a pesar de que la demanda de alumnos aumenta y que pone en peligro el empleo de los docentes".

Asimismo, Hodar criticó la construcción de nuevos centros públicos "en municipios donde la oferta de concertados está cubierta" como en Don Benito, Plasencia y Badajoz, "vulnerando el artículo 27 de la Constitución, que garantiza el derecho de los padres a elegir el centro según sus convicciones".

Por su parte, el presidente de la Asociación para la Defensa de la Enseñanza Concertada en Extremadura (Adecex), Víctor Rodríguez, lamentó la "dinámica de combatir la enseñanza concertada en beneficio de la pública". Añadió que el pasado año fueron rechazadas "76 unidades solicitadas, algunas de ellas consistentes en unidades de apoyo destinadas a contribuir al éxito educativo extremeño frente al abandono escolar" y para el curso actual Educación "denegó hasta 46 unidades destinadas a refuerzo educativo". Estas fueron las reivindicaciones que llevaron ayer hasta Mérida en una concentración "ejemplar" por la ausencia de conflictos que "ha desbordado nuestras expectativas", señaló Hodar en la tarde de ayer, y que "es solo el comienzo de nuestras reivindicaciones".

Con tal ambiente en Mérida, donde acudieron la mayoría de los centros concertados de la región con más o menos presencia, los colegios se enfrentaron a una jornada escolar dispar y poco habitual. Mientras en Cáceres centros como el Sagrado Corazón, San José, Santa Cecilia, San Antonio de Padua, La Asunción o el Nazaret apenas se contaban los estudiantes y profesores con los dedos de una mano, en otros de la capital como el Giner de los Ríos, Paideuterion o María Auxiliadora la jornada transcurrió con normalidad y con la presencia en Mérida de alguna representación, como ocurrió en el Licenciados, que como centro no secundó la protesta, pero sí lo hicieron algunos de sus profesores.

En Badajoz la jornada estuvo marcada por los servicios mínimos. Las clases en los principales colegios se suspendieron. En el Virgen de Guadalupe, Nuestra Señora del Carmen, Sagrada Familia y Ramón Izquierdo fletaron autobuses para asistir a la protesta. Al igual que en el Santo Angel, donde ayer contabilizaron 59 alumnos de los 692 matriculados y pocos profesores, como ocurrió en Oscus, informa Guadalupe Leitón.

En Plasencia el seguimiento de la protesta también fue mayoritaria con el apoyo de los cinco centros. Desde el Santísima Trinidad, que verá suprimida una línea de 1º de ESO, viajaron hasta tres autobuses a la capital y los niños no acudieron a clase. En La Salle sí hubo niños, aunque pocos y en San José, ayer ni cogían el teléfono. San Calixto no participó por falta de tiempo para decidir su intervención, pero comparten quejas, informa Raquel Rodríguez. En el caso de Almendralejo, los dos centros --Ruta de la Plata y Santo Angel--, apoyaron la protesta parando su actividad diez minutos.