Los vecinos de Alconchel y Talaván se mostraban ayer consternados por un suceso que conocieron a primeras horas de la mañana a través de los medios de comunicación. Marcelino Calaco, el guardia civil fallecido, mantenía una fuerte vinculación con el municipio pacense, al que pensaba regresar en unos años. Por su parte, en Talaván viven varios familiares del alférez herido de gravedad, José Luis Periañez, a los que la noticia también cogió por sorpresa.

Marcelino Calaco, de 54 años, estaba casado con una mujer nacida también en Alconchel y era padre de cuatro hijos con edades comprendidas entre los 19 y los 29 años. Ingresó en el cuerpo en 1973 y fue destinado a Buitrago de Lozoya, en la provincia de Madrid.

La noticia cayó como un mazo en Alconchel, ya que la familia de Calaco es una de las más queridas en la localidad, según manifestó el alcalde, Jesús Pérez. Tanto el fallecido como su esposa mantenían fuertes vínculos en esta población.

De hecho, se habían comprado una casa en la calle Doctor Fléming, que habían rehabilitado para cuando Marcelina se jubilara, lo que esperaban que ocurriera en uno o dos años. Jesús Pérez manifestó a este diario que "venían a menudo, no sólo de vacaciones, sino cuando podían. Su mujer es de aquí y aquí tiene a su padre, una hermana, sobrinos, su suegra y casi toda la familia".

Está previsto que al entierro asista la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, el subdelegado, Inocencio Ramos, representantes de la Junta y de la Guardia Civil.

Por su parte, Periáñez, nacido en Talaván, ingresó en el cuerpo en 1982 y está destinado en la quinta compañía de Colmenar Viejo desde el 2002. Su relación con el municipio cacereño no es tan estrecha, ya que se marchó de pequeño con sus padres a la zona de Levante. No obstante, mantiene vínculos familiares con Talaván, en donde viven sus tíos.