«Cuando fui madre no logré aguantar los cuatro meses de baja porque no podía hacer frente a los gastos», cuenta Conrada Sánchez Montero, de 39 años, para poner el foco en uno de los obstáculos con que se topó cuando se hizo autónoma, un sector en el que lleva casi dos décadas. Ahora, junto a Paloma Llanos Montes, de 38 y que se estrena en esta aventura, ha montado en Cáceres un centro de belleza especializado exclusivamente en diseño de cejas y maquillaje permanente. El negocio se llama Pigmenta, lleva abierto desde el mes de abril y se ubica en la céntrica avenida de Cánovas.

Ambas, que proceden de Torrejoncillo, aseguran que son conscientes de que «crear tu propia empresa» es prácticamente la única alternativa que tienen para entrar en el mundo laboral. «Las opciones son: o hacerlo o quedarte en casa», afirman.

«Si nunca lo intentas nunca sabes cómo te puede ir. Pero hay muchas cosas que mejorar, por ejemplo, que las reducciones en la cuota a la Seguridad Social sean mayores y duren más tiempo, porque un negocio no sabes si funciona o no hasta que no pasan tres años. He visto cómo cientos de ellos abren y cierran porque no pueden hacer frente a las deudas», asegura Conrada.

Su compañera Paloma quiere lanzar una crítica: «Yo animo a que la gente emprenda. Pero después hay otros casos como mi hermana, que es autónoma pero contratada por una empresa, una fórmula que está muy de moda ahora. Cuando se ha puesto enferma, el dinero que recibió ni siquiera le llegaba para pagar la cuota...».