La construcción de los dos túneles en la autopista, la privatización parcial del Servicio Municipal de la Limpieza, la piscina climatizada de la margen derecha, o llevar el agua potable al poblado de Alvarado son algunos de los temas pendientes anunciados por el equipo de gobierno municipal en Badajoz en los que todavía no ha avanzado nada. Sin embargo, y a pesar de que los dos grupos de la oposición en el ayuntamiento pacense coinciden en que la continuidad ha sido lo más característico de los primeros días de gobierno respecto a la legislatura anterior, los nuevos integrantes del equipo del PP o quienes repiten pero afrontan nuevas responsabilidades, han dejado de momento su impronta y han transmitido una forma de trabajar ágil y eficaz.

La estela de los "superconcejales" Alejandro Ramírez del Molino y Cristina Herrera, que asumían las áreas más importantes en las anteriores legislaturas, apenas es perceptible, por difícil que parezca y, en esta nueva etapa, al menos al principio, ha sido el primer teniente de alcalde y concejal de Policía Local e Infraestructuras, José Antonio Monago, quien ha copado más protagonismo, sobre todo durante el mes de agosto, porque ha ejercido de alcalde en funciones, papel que desde la oposición se ha interpretado como preparativo para la sucesión de Miguel Celdrán.

Lo cierto es que Monago ha empezado fuerte y lo primero que ha hecho es poner las pilas a la Policía Local de Badajoz para el cumplimiento de las ordenanzas municipales. Ha querido que se controle la función de los aparcacoches, las licencias de obras, la ocupación de veladores en la vía pública y, fundamentalmente, organizar los mercadillos.

Este tema además se ha visto reforzado por la aprobación de una nueva ordenanza reguladora de la venta ambulante, que compete al nuevo concejal de Mercados, Alberto Astorga, que en apenas dos meses ya ha sido aprobada. Astorga ha sido otro de los concejales que se ha puesto a trabajar sin pausa, y además de esta ordenanza, su concejalía de Inspección de Aguas ha agilizado obras del Plan Director de Saneamiento, como la de sustitución del colector de la céntrica avenida de Colón, cuyo paseo central ya está levantado y está aprobada la de Las Vaguadas. Al concejal también la ha dado tiempo dirigirse a Jocainmo para que en Cerro Gordo se construya un depósito de abastecimiento mayor al previsto, aunque de momento nada se ha dicho de los vecinos de Alvarado, que se siguen abasteciendo con bolsas que lleva a diario Aqualia.

De buen talante da ejemplo la nueva responsable de Colegios, María José Solana, que lo primero que hizo fue reunirse con los directores de todos los centros de la ciudad para saber sus deficiencias y lo propio están haciendo Monago y el concejal de Urbanismo, Celestino Rodolfo, con las asociaciones de vecinos, con las que están entrevistándose para conocer los problemas de cada barrio. Y ha sido este concejal quien, en tan poco tiempo, ya tiene que enfrentarse a un problema de envergadura como es la sentencia que obliga a derribar parte de la facultad de Biblioteconomía.

En el área de Celestino Rodolfo ha faltado tiempo para agilizar asuntos pendientes que no podían esperar, como la desprotección del suelo destinado a la Plataforma Logística, de la que según la Junta dependía no solo que este importante proyecto para la ciudad avanzase, sino la aprobación del nuevo Plan General Municipal, que la Junta de Extremadura pretende ratificar en las próximas semanas. Así se comprometió el presidente del Ejecutivo extremeño en la entrevista que mantuvo en julio con Celdrán.

La oposición dirá que el alcalde está ausente, pero en sus pocas intervenciones ha sembrado la polémica, como cuando sugirió dedicar al expresidente de la Junta, Rodríguez Ibarra, la avenida de Sinforiano Madroñero o cuando acaba de denunciar que el proyecto de recuperación de la margen derecha sigue paralizado en Madrid. Grandes proyectos están de momento aparcados, como el de la Ronda Sur, para que el Celdrán ya está espabilando a otras administraciones, aunque algunos pequeños pero necesarios sí se han aprobado, como el asfaltado de la carretera de La Banasta. Cien días dan para poco más.