Celestino Corbacho negó ayer cualquier intención de presionar a los agentes sociales cuando el pasado jueves afirmó que si no hay un acuerdo sobre la reforma laboral en dos semanas, el Gobierno aprobará sus propias propuestas, probablemente mediante un decreto.

El ministro de Trabajo se mostró confiado en alcanzar "en las próximas semanas" un acuerdo con los representantes sindicales y empresariales sobre la reforma del mercado de trabajo, durante su visita a la localidad de Llerena (Badajoz). "Estamos negociando y vamos a seguir trabajando", manifestó el ministro, que reconoció la existencia de algunos "puntos de distancia" entre CCOO y UGT por un lado y el Gobierno por otro. En concreto, señaló la expansión del contrato de fomento del empleo que conlleva una indemnización por despido de 33 días.

COSTE DEL DESPIDO En la negociación entre Gobierno, patronal y sindicatos, estos, como ayer reiteraron en las marchas del Primero de Mayo, se han opuesto radicalmente a hacer de este tipo de contrato el único de la legislación española porque supone una reducción del coste del despido por la puerta falsa.

En la actualidad, los varones de entre 30 y 45 años están excluidos de este contrato, poco utilizado por los empresarios para emplear a jóvenes, ya que prefieren pagar el despido a 45 días por año trabajado para simplificar trámites.

Corbacho, cuyo ministerio presentó esta propuesta a los agentes sociales el pasado día 12, destacó pese a las críticas el "espíritu positivo" en todos los interlocutores. Manifestar su opinión sobre el vencimiento del plazo para saber si es posible o no el acuerdo no supone, en su opinión, "presión" alguna.

IMPOSICION Aclaró que lo que el Gobierno ha sugerido es "una referencia temporal para finalizar el acuerdo" que en principio estaba previsto lograr a finales del mes de abril. Sin embargo, todo límite de tiempo es entendido por las centrales mayoritarias como una imposición.

Para los portavoces de CCOO y UGT consultados por este diario, los comentarios del ministro de Trabajo muestran la postura "más cerrada" dentro del Ejecutivo y han reclamado a este una sola voz, al tiempo que se han quejado al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Las centrales sindicales han reclamado también aplazar los temas de contratación para una negociación más larga.