Justo antes de iniciarse el proceso de regularización del pasado año, cuyo objetivo era hacer aflorar a trabajadores extranjeros que ya tuviesen una ocupación pero no estuviesen dados de alta en la Seguridad Social, en Extremadura había 12.000 inmigrantes con sus papeles en regla y en edad de trabajar, de los que 7.600 estaban dados de alta en la Seguridad Social.

Ahora esta diferencia ha crecido notablemente. Según los últimos datos, en Extremadura hay 19.300 personas de otros países que tienen su documentación en regla y están en edad de trabajar. Sin embargo, el número de inmigrantes dados de alta en la Seguridad Social ronda los 9.700.

De esta cifra, algo menos de 10.000, habría que descontar aquellos que se encuentran en las listas del paro. Con todo, supondría que habría miles de extranjeros que pese a tener papeles y estar en edad laboral no han encontrado otra salida que trabajar en la economía sumergida. A estos habría que añadir además los que por carecer de la documentación en regla no pueden ser contratados legalmente, pero residen en Extremadura y desempeñan también trabajos que no están registrados oficialmente ni cuentan con contratos o garantías y derechos como trabajadores.

Esta situación se agrava pese a que durante el 2005 se incrementó el número de autorizaciones de trabajo, lo que supone que los inmigrantes contaban con una oferta real de contratación, hasta rondar las 4.000, casi el doble que el año anterior y dos veces y media más que en el 2003. En todo caso, estas autorizaciones de trabajo tienen un fuerte componente estacional, ya que los registros del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales demuestran que se concentran en los meses de marzo, abril, mayo y junio, y disminuyen mucho el resto del año.