La palabra crisis tiene gancho. Al menos es lo que piensan algunos empresarios que buscan impulsar sus negocios con ofertas especiales anticrisis , destinadas principalmente a desempleados, ante el descenso de las ventas. Son varias las empresas que desde hace meses se vienen anunciado en los medios de comunicación con promociones para los clientes asustados ante la crisis y los afectados por esta.

Los últimos en sumarse a esta iniciativa, que ha ido ganando adeptos en los últimos meses en la región, son los pequeños y medianos comercios, siguiendo los pasos de las grandes empresas que mantienen promociones casi todo el año. Así lo corrobora la gerente de la Asociación de Empresarios de Cáceres, Mari Angeles Costa. "Las ofertas son fórmulas que se han utilizado siempre pero es cierto que está incrementando el número de pequeñas empresas que se suben ahora al carro para captar la atención del cliente apelando a la cotidianidad del consumidor".

Desayunos a un euro, descuentos de hasta un 15% en piezas de desguace y en bollería, segundas prendas también a un euro, gafas completas a 40 euros y Minis de regalo al comprar una vivienda son algunos de los ejemplos, localizados por EL PERIODICO en distintos puntos de la región, de cómo usar el gancho de la crisis para llegar al consumidor.

DEFLACION Un recurso que puede llegar a ser contraproducente, según Manuel Balastegui, presidente de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mérida, porque "así estamos metiendo miedo a la gente". Aunque reconoce que estas promociones están aumentado y sirven para captar la atención, asegura que "si la gente no tiene que comprar, no lo hace". "Vender más barato cuando los impuestos y gastos del comerciante se incrementan es peligroso", dice.

En la misma línea se expresa el secretario de la Confederación Regional de Empresarios, Juan Manuel Arribas, que aunque reconoce que no es una práctica muy generalizada, ya está teniendo una importante incidencia en el Indice de Precios al Consumo (IPC), que está descendiendo,"lo que aumenta el peligro de la deflación", asegura.

Según Arribas, estas ofertas anticrisis pueden reactivar el consumo pero suponen también un peligro para las pequeñas y medianas empresas, que buscando liquidez, rebajan sus productos incluso a precios de coste. Además, asegura que con estas tampoco se favorece al propio negocio "porque el cliente en vez de comprar a precios ya baratos espera a que sigan bajando". Esta situación no afecta del mismo modo a todos los sectores. "A la hostelería y la alimentación si les beneficia", dice Arribas, porque juegan con productos de primera necesidad.

Para frenar esta situación y evitar la tan temida regresión de la economía de la que habla Arribas los comercios deben "moderar los precios y llegar a una normalización", opina.

´EFECTO DOMINO´ El secretario de la Confederación Regional de Empresarios añade que este tipo de ganchos a costa de reducir beneficios "no son buenos para la economía e incluso se puede producir el denominado efecto dominó , porque si una empresa rebaja los precios y obtiene un pico alto en sus ingresos en un determinado momento, el negocio vecino copia la idea y al final caen todos".

Y es que, mientras que para los empresarios estos descuentos son "una forma de mantener la caja", como asegura Mario Duque, responsable de una de las cafeterías de Horno Santa Eulalia en Cáceres que ofrece desayunos a un euro, para Juan Manuel Arribas esta tendencia "puede tener un efecto pernicioso".

Un efecto que por ahora obviarán todos los negocios consultados por este diario, que de momento seguirán apostando por esta tendencia, que encierra "mucha picaresca" --según el presidente de los comerciantes de Mérida--, porque, aseguran la mayoría, son un reclamo para que al menos el cliente acceda al local.

Y en medio de una época en la que en las calles se llenan de escaparates con ofertas anticrisis y anuncios de traspasos o cierres, en Plasencia siguen trabajando para poner en marcha una iniciativa comercial pionera en la región. Se trata de un supermercado que ofrecerá productos de primera necesidad un 80% más baratos, destinado a quienes la crisis está tocando de lleno: desempleados, familias con pocos recursos y discapacitados. Para ello, una asociación creada por la directora del hogar de mayores de la ciudad comprará excedentes a punto de caducar a grandes superficies y tiendas.

Pero hasta que este supermercado social se ponga en marcha sus futuros clientes tendrán que conformarse con los nuevos descuentos que por ahora ofrecen diversos sectores en varios puntos de la región.