Según el profesor de la Universidad de Extremadura Carlos Gómez, por un lado es habitual que los perros presenten un cambio anímico y del apetito. Tienden a adelgazar y se muestran poco activos. Además, puede generar pérdidas de pelo, lesiones en la piel (úlceras y descamación), conjuntivitis y nubes en los ojos. En estados más avanzados, hemorragias nasales e incluso ceguera. Estos síntomas se pueden confundir con los de otras enfermedades.