"Caldereta para todos". Ayer los ánimos estaban menos caldeados que de costumbre en la localidad cacereña de Madrigalejo. Las caras de tristeza y desazón que desde que se destapó la estafa en marzo han venido mostrando la veintena de afectados ayer comenzaban a dibujar sonrisas. "Serán completas cuando cobremos todos --todavía faltan doce--, entonces haremos la fiesta. Cuéntaselo Chico de Oro ", decía María Serrano, que ha recuperado los ahorros suyos y de su marido de toda una vida.

"Vamos a comernos un potro entre todos los afectados", decía el ganadero Juan Miguel Hernando, conocido en el pueblo como el Chico de oro . Este pasó a ser de bronce después de la estafa como el mismo decía, pero ayer recuperó su cotización . "Soy de oro otra vez. Me han devuelto todo mi dinero, mis ahorros", en torno a diez millones de pesetas.

La noticia del cobro la recibía, como el resto, a primera hora de la mañana de ayer. "Iba a salir de trato a comprar unas ovejas cuando me ha llamado el abogado para decirme que hoy íbamos a cobrar y por supuesto lo he dejado todo para venir", contaba ayer muy contento, con los cuatro ceros ya en su cuenta corriente, a las puertas de la oficina de BanCorreos.

"Todavía no sé si dejaré el dinero en el mismo banco o no, pero sigo confiando en él; en quien no confío es en Abel", aseguraba. Quién si le tenía especial confianza era Pedro Regidor, otro afectado que mantenía una buena relación con el estafador confeso. "Aunque recuperemos el dinero el daño moral y los disgustos no se me van a pasar, pero por lo menos dormiremos más tranquilos ahora", precisaba más dolido que el resto de sus compañeros afectados.

Todos alaban la efectividad de sus abogados y la rapidez con la que han recuperado su dinero. "Les dimos nuestra confianza y no nos han fallado. Sin ellos no habríamos conseguido nada. Hoy es un día muy feliz porque hemos pasado mucho", contaba otra perjudicada, Concepción Sojo. Pero todos además de alabar a los dos letrados coincidían en que aún era una alegría a medias. "Cuando cobremos todos la felicidad será mayor", comentaba Felipe Arias.

El recuperó ayer los 36.000 euros que ahorró en un trabajo de años y que ingresó en un fondo de inversión. También tenía un plan de pensiones que "vamos a recuperar desviándolo a otra entidad". Con el problema casi resuelto --porque quedan otras doce personas por cobrar--, mantiene su confianza en BanCorreos: "Que haya un sinvergüenza en el banco no significa que todos lo sean. La entidad no tiene la culpa", insistía.