A falta de obras, el trazado extremeño del corredor de alta velocidad entre Madrid y Lisboa se nutre desde hace un lustro, dos meses y 20 días de fechas de referencia. La más inmediata está al caer. Cuando suenen las campanadas anunciando el nuevo año caducará el último de los plazos comprometidos para que se dé algún paso que alivie a los extremeños después de tantos anuncios fallidos.

Y es que el pasado 1 de julio, tras la reunión del Consejo de Ministros en Mérida, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguraba que la licitación para la redacción del proyecto del trazado entre la capital extremeña y Badajoz saldría en el BOE antes del 31 de diciembre. Quedan 18 días.

Este fue el penúltimo capítulo --el último se vivió en la cumbre de Evora del 18 de noviembre, cuando España ratificó que su trozo del corredor estaría concluido en el 2010-- de un proyecto que, antes de tener una sola máquina trabajando, ya ha hecho verter casi tantos ríos de tinta como en su día la Autovía de la Plata.

Primer anuncio en el 2000

Más allá de declaraciones de intenciones, el primer anuncio serio lo realizó el entonces ministro de Fomento, Francisco Alvarez Cascos, el 21 de septiembre del 2000, en su comparecencia ante la Comisión de Infraestructuras del Senado, cuando indicó que la línea Madrid-Extremadura estaba incluida en el Plan de Infraestructuras del Transporte (PIT), con horizonte 2007 para que todo estuviese en obras y terminación, como muy tarde, en el 2010.

A partir de ahí, el proceso entró en una fase donde primaban las acusaciones de tipo político sobre los hechos, salteadas por anuncios a bombo y platillo de cada uno de los trámites administrativos. Así se publicitaron convenientemente la elaboración de las alternativas de trazado, la apertura y cierre de los plazos de alegaciones, la convocatoria de los estudios informativos y el inicio de estos estudios.

Hubo que esperar hasta noviembre del 2003 --cumbre hispanoportuguesa de Figueira da Foz-- para ver un paso significativo: Portugal aceptaba el trazado por Badajoz y ambos gobiernos se comprometían a terminar la obra en el 2010. Del lado español, un mes después todos los tramos estaban en estudio medioambiental.

A velocidad de vértigo, para lo acostumbrado hasta entonces, se dio otro avance: el 7 de marzo del 2004 --a una semana de las elecciones generales-- el BOE publicaba la licitación de concursos para redactar los proyectos del trazado Navalmoral-Cáceres. Otra frustración. El 19 de abril, el nuevo Gobierno paralizaba el concurso, y el 30 de noviembre lo anulaba.

Mientras, la aprobación de los estudios medioambientales iba de retraso en retraso. Primero iba a estar antes de finalizar el 2004, luego en febrero del 2005, luego se anuncian más demoras al cambiar el modelo y adoptar el tipo mixto para pasajeros y mercancías.

El caso es que en este momento se está igual que hace dos años. Medio Ambiente no tiene los estudios de Fomento y no puede hacer las declaraciones ambientales. Además, la programación presupuestaria apenas recoge inversiones hasta el 2009 y lo que sí recoge es la terminación en el 2011.