La pérdida de población no tiene únicamente un coste social o económico, sino que su repercusión tiene un efecto directo sobre la política local. Los ayuntamientos extremeños son muy conscientes de ello, especialmente aquellos que viven en el filo de la navaja y que cada cuatro años revisan el padrón para comprobar si han ganado o perdido concejales. Y es que a veces un solo habitante puede suponer 2 o hasta 4 ediles más o menos.

Las líneas que marca la actual normativa electoral son claras. Menos de 250 habitantes, 5 ediles. De 251 a 1.000, son 7. De 1.001 a 2.000, ya van 9. Entre los 2.001 y los 5.000, hasta 11. De 5.001 a 10.000, 13 concejales. De 10.001 a 20.000, se logran 17. En estos márgenes es donde se producen los cambios en la región, una vez que las ciudades extremeñas se han asentado entre los 20.001 y los 50.000 vecinos (21 ediles); entre los 50.001 y los 100.000 (25); o con más de 100.001 habitantes (27).

Las elecciones municipales del próximo 27 de mayo no serán una excepción y, según la última revisión del padrón aprobada por el Instituto Nacional de Estadística, Extremadura perderá hasta 20 concejales con respecto a los comicios del 2003, 10 en cada provincia. Para ello se utilizan los últimos censos oficiales antes de la cita con las urnas, es decir, el del 2002 y, ahora, el del 2006.

Revisión total

En el caso de Badajoz, la revisión del padrón afecta a cinco localidades y a todas ellas de forma negativa. En tres casos --Alconchel, Fuenlabrada de los Montes y Usagre-- el censo ha bajado de 2.000 habitantes, con lo que cada uno de estos municipios pasará tras las elecciones de tener 9 concejales a tener solo 7. Mientras, Aljucén y Sancti-Spíritu han caído de la barrera de los 250 vecinos, con lo que elegirán a 5 ediles en lugar de a 7.

En Cáceres la situación es algo más compleja, porque 9 pueblos pierden concejales y otros 3 los ganan. En cuanto a los que pierden escaños, bajan del límite de los 2.000 habitantes Aliseda y Cilleros, y hacen lo propio con el de los 1.000 vecinos Arroyomolinos, Carcaboso y Villanueva de la Vera.

Esto mismo ha ocurrido en Hoyos, Perales del Puerto, Tejeda del Tiétar, unas localidades que ya estaban en alerta puesto que superaban esa cifra por menos de una veintena de vecinos. Entre los pequeños de Cáceres, Descargamaría y Guijo de Coria han dejado de tener un censo de más de 250 habitantes, de forma que verán volar 2 escaños.

Pero no todo son malas nuevas. La mejor noticia es, sin duda, para Miajadas, que en los últimos cuatro años ha visto como su censo pasaba de 9.065 habitantes a 10.106. O, traducido de otro modo, de 13 a 17 concejales.

Un vecino, dos ediles

En Villanueva de la Vera también ganarán representación municipal, al haber logrado superar los 2.000 habitantes, mientras que Galisteo es el mejor ejemplo de la importancia de cada nuevo vecino. Y es que esta localidad cacereña ha visto cómo su censo crecía desde los 1.955 habitantes en el 2002 hasta los...2.001 en el 2006.

Ese último vecino que se empadronó antes de que concluyese el 2005 ahora vale su peso en oro, puesto que gracias a él esa localidad tendrá 9 ediles en lugar de los 7 que tenía hasta la fecha.