17 kilómetros. Esta es la longitud del trayecto popularmente conocido como las curvas del Tajo , cuya duración, en cambio, es más difícil de calcular. Depende, como bien saben aquellos que lo han transitado en los últimos años, "de quien te toque delante". Así lo explica Pilar Porras, placentina de nacimiento y residente en Cáceres, donde estudia.

"Si no te pillaba nada, se tardaba una hora, más o menos. Pero como te quedaras detrás de un camión o una cosechadora ya podías olvidarte de la hora", cuenta. Contra los nervios, Pilar optaba por "subir la música y tomarlo con calma". Sin embargo, otros conductores menos pacientes y más irresponsables tendían a aprovechar al máximo los pocos espacios en los que estaba permitido adelantar, provocando situaciones muy peligrosas.

En este sentido, durante los seis años que Joaquín Serrano ha pasado viajando entre Cáceres y Plasencia todos los días le ha dado tiempo a ver "muchas historias", entre ellas un camión volcado casi todas las semanas y algún accidente mortal. "Sustos también me he llevado más de uno, especialmente por los ´fitipaldi´ que te venían de pronto de frente", explica este empleado del BBVA que fue trasladado en mayo a una sucursal de Cáceres.

DOSIS DE SEGURIDAD "Eso sí, después de aguantar las obras, ahora no voy a aprovechar la autovía --señala-- pero me alegro muchísimo, por ejemplo, por mi mujer que es visitadora médica y, al menos una vez por semana, utilizará esta carretera". Y es que los dos nuevos tramos de la A-66, aparte del ahorro de tiempo y combustible, aportarán dosis de seguridad que no deja a nadie indiferente, ni siquiera a aquellos que, en principio, no tienen previsto utilizarla.

Este es el caso de Manuel Morato y Gabriela Pantrigo, un matrimonio cacereño que cada día viaja a Coria, donde ambos trabajan como docentes. Sus planes pasan por seguir usando la N-630, aunque piensan que, aun así, se beneficiarán de la apertura de la autovía. "Vamos a viajar más tranquilos, porque habrá menos tráfico, menos camiones y menos tropelías. O eso esperamos", declara Manuel.

La misma opinión sostiene José Luis Carrasco, otro veterano de las famosas curvas. Desde 1999, José Luis conduce a diario desde Cáceres a su trabajo, una planta de impresión ubicada en Plasencia. Un viaje que, según sus palabras, constituye "un auténtico suplicio". Al igual que el resto de usuarios habituales de esta vía, celebra la inauguración que tuvo lugar ayer y que, en su caso, constituye un aliciente a la vuelta de vacaciones. "El 1 de agosto la estreno", dice ilusionado.

Entre los meses de enero y junio del 2006, esta zona registró 14 accidentes con víctimas, una de ellas murió, dos resultaron heridas graves y 14 leves.