Un despiste de la conductora del Renault Clio fue la causa del grave accidente de autobús que tuvo lugar el domingo en la N-521, a siete kilómetros de Trujillo, y que provocó la muerte de dos personas, Alfonso Manzano, de 32 años y vecino de Trujillo, y Esther Ayuso, de 18, natural de Badajoz. Según la información facilitada por la Subdelegación del Gobierno en Cáceres, el choque se produjo en un tramo horizontal con plena visibilidad. El turismo, que circulaba en dirección a Cáceres, efectuó un zigzag, invadió el carril izquierdo y colisionó con el ángulo delantero izquierdo del bus, de la empresa Auto Res, que cubría la línea Cáceres-Madrid.

Como consecuencia de la colisión y del intento de maniobra evasiva, el autobús entró en la cuneta derecha y volcó sobre el lateral derecho. En segundos, la tragedia se desencadenó. El golpe provocó la muerte de Alfonso Manzano, ocupante del turismo. Su conductora, que responde a las iniciales V. S. C. B., tiene 26 años y resultó herida leve. La Guardia Civil no le efectuó la prueba de alcoholemia ya que tuvo que ser derivada a un centro hospitalario, donde se la realizaron. No obstante, el atestado de la Benemérita indica que "no presentaba síntomas de alcoholemia", según confirmaron a este periódico fuentes de la Subdelegación del Gobierno.

El segundo de los fallecidos era la joven pacense de 18 años que iba en el autobús y que quedó atrapada en el interior. Hasta cerca de dos horas después de la catástrofe no pudo ser evacuada. La Guardia Civil tuvo complicada su identificación porque no encontraba su documentación ni dato alguno que revelara su identidad. Su cadáver fue trasladado al tanatorio Nuestra Señora de la Victoria de Trujillo y, finalmente, fue identificada como Esther Ayuso.

El conductor del autobús, que responde a las iniciales A. P. D., resultó herido leve. También se le efectuó la prueba de alcoholemia y dio negativo. EL PERIODICO EXTREMADURA intentó ayer conocer la versión de la empresa acerca de lo sucedido, pero los responsables declinaron realizar cualquier manifestación.

LOS PARTES MEDICOS

El accidente de autobús de Trujillo, el más grave de los últimos años, causó nada menos que 46 heridos. Dieciséis de ellos continuaban ayer en estado grave, repartidos en cinco hospitales de la comunidad autónoma y otro de Burgos. De tal magnitud fue la tragedia que la directora gerente del Area de Salud de Cáceres, Isabel Tovar, compareció ayer ante la prensa para explicar la evolución y pronóstico de los heridos, la mayoría estudiantes de procedencia extremeña, aunque también hay dos personas de nacionalidad italiana y norteamericana, respectivamente.

Los hospitales de Cáceres atendieron el grueso de heridos: el domingo ingresaron 34. Veintidós de ellos en el San Pedro de Alcántara y 12, en Nuestra Señora de la Montaña. Ayer continuaban internados 10. De los ocho que había en el San Pedro, una chica permanecía en la UCI por una lesión traumática. Precisaba ventilación mecánica y su pronóstico era muy grave. Otros dos estaban en el Virgen de la Montaña. Además, se encontraban dos pacientes en observación, uno en el San Pedro y otro en la Montaña. Los médicos realizaron asimismo 20 altas, 11 en el San Pedro y nueve en la Montaña. De los heridos atendidos en Trujillo uno fue desviado al San Pedro de Alcántara.

Además, había heridos ingresados en el Campo Arañuelo y en un hospital de Burgos, donde ingresó un herido por amputación. Asimismo, en el Infanta Cristina permanecía ingresado en UCI un paciente, con evolución favorable. En Don Benito había dos, con politraumatismos. En Mérida había otros dos, uno con policontusiones y otro con traumatismo cranofacial, que seguía en la UCI.