Si algo llamó poderosamente la atención en el operativo desplegado en la madrugada de ayer para extinguir el incendio y evacuar los enfermos fue el completo silencio en el que los efectivos de seguridad y emergencias realizaron su trabajo, lo que ayudó, sin duda, a no crear alarma y a actuar con tranquilidad.

Y eso que la noche dio mucho de sí, porque el Servicio Extremeño de Salud movilizó a 100 ambulancias, que se presentaron en Mérida sin hacer sonar ninguna sirena, al igual que los numerosos camiones de bomberos.

Pero es que antes de que fueran llegando poco a poco las ambulancias, la Policía Local ya se afanaba en despejar las calles de vehículos para dejarles sitios libre y poder aparcar.

Tan poco ruido se hizo que ni los vecinos más próximos al hospital, ni muchos enfermos, se enteraron de lo que ocurría.

DOS CESAREAS

Pero sí que ocurría. Poco antes de que se iniciara el fuego se había realizado una cesárea en la sala de Obstetricia, situada dos plantas más arriba del foco del fuego, y justo cuando se descubrió el incendio se empezó otra cesárea que ya era imposible parar.

La situación se complicó porque no se podía acceder al laboratorio, situado una planta más abajo, para coger sangre en caso de necesidad, por lo que se prepararon bolsas de sangre O negativo, válida para todos los grupos, y una ambulancia por si fuera necesario ir al Banco Regional de Sangre, situado en el hospital psiquiátrico de Mérida.

Con las primeras luces, comenzaron a llegar los familiares de enfermos, así como trabajadores del hospital fuera de turno, enterados del incendio a través de los informativos nacionales de las distintas emisoras de radio.

Los familiares, angustiados, intentaban penetrar en el edificio y averiguar cómo estaban los suyos, pero muchos tuvieron que conformarse con comunicarse con ellos a través de las ventanas.

Los que ya estaban dentro tranquilizaban al resto, indicándoles que todo estaba, dentro de lo que cabe, en calma. Mientras, Rodríguez Ibarra y Fernández Vara, acudían a las salas que iban a ser desalojadas para informar a enfermos y familiares de lo que sucedía.

Los trabajadores también dieron ejemplo de profesionalidad, y muchos de los que libraban se incorporaron a sus puestos para ayudar en el acondicionamiento de las habitaciones y el traslado de aparatos, y acompañar en las ambulancias a los pacientes que fueron dados de alta.

POLITICOS

Hasta el lugar de los hechos también se acercó el presidente regional del PP, Carlos Floriano, quien felicitó a los bomberos que participaron en la extinción y valoró la coordinación de los efectivos implicados en controlar la situación, "que ha funcionado de una manera correcta".

El líder popular destacó que "no ha habido ninguna desgracia personal", y mostró su esperanza en que los daños no pasen más allá de lo inicialmente evaluado.

También otros políticos acudieron en cuanto se enteraron que lo que ocurría. Allí estaban, por ejemplo, Primitivo Muñoz, concejal de Obras y trabajador del Hospital; el candidato del PSOE a la Alcaldía, Angel Calle, director de uno de los institutos habilitados por si había que evacuar todo el centro, o el portavoz municipal socialista, Antonio Rodríguez Ceballos, que se presentó en su calidad de bombero adscrito al 112.