Más de 10.000 extremeños conmemoraron ayer en Guadalupe el 75 aniversario de la coronación de la Patrona de Extremadura, en una jornada en la que desde la Iglesia se incidió especialmente en la unidad de España y se obvió el debate sobre la pertenencia de Guadalupe a la Diócesis de Toledo. La visita de la Reina Sofía, cumpliendo la tradición de que alguien de la Familia Real esté presente en los actos más importantes relacionados con la Virgen de Guadalupe, puso el broche a una jornada que significa la culminación del Año Jubilar.

El encargado de presidir la misa en honor de la Virgen de Guadalupe fue el Arzobispo de Toledo y Primado de España, Monseñor Antonio Cañizares, quien incidió especialmente en que los actos celebrados en el municipio cacereño deben servir como "mensaje y signo de unidad para todos los pueblos, sin escisión alguna, especialmente en este momento que vive España", con una unidad, aseguró, "tan necesaria para todos como amenazada por algunos".

Cañizares, que estuvo acompañado en los oficios religiosos por el arzobispo de Mérida-Badajoz, monseñor Antonio Montero, el obispo de Coria-Cáceres, monseñor Ciriaco Benavente, el ministro provincial de la Bética Franciscana, fray Francisco García, y el párroco de Santa María de Guadalupe, José Arena, manifestó el "alto significado" que para los Reyes tiene la coronación de la Virgen de Guadalupe y agradeció la presencia de la Reina Sofía, que asistió a la misa y presenció la posterior procesión de la imagen por las afueras del Real Monasterio de Guadalupe.

COMO EN 1928

Uno de los objetivos del 75 anivesario ha sido repetir los actos que se llevaron a cabo en 1928, en los que estuvieron presentes el rey Alfonso XIII y el cardenal primado de España, Pedro Segura y Sáenz. Para ello, la imagen fue vestida con el manto número tres, denominado de cenefa marrón, bordado en oro en los talleres de los jerónimos en el siglo XIX y considerado uno de los tres mantos más ricos que posee la Virgen --este año, con motivo del 75 aniversario