Las redes sociales de internet han acelerado y multiplicado de forma sustancial la difusión sobre todo lo que ha ido ocurriendo con la gripe A, un fenómeno que la OMS ha utilizado a modo de justificación. Twitter, blogs, Facebook, correos electrónicos y demás páginas de acceso rápido ofrecieron novedades en directo sobre el más pequeño detalle que aludió al virus H1N1, un fenómeno impensable en las anteriores pandemias gripales de 1918, 1957 y 1968. Los expertos puntualizan, no obstante, que el organismo internacional no puede "escudarse" en esa realidad para justificar la desproporcionada expectativa que ha rodeado al episodio. "Al pronosticar los peligros del virus, ya deberían haber tenido en cuenta que la información iba a quedar sujeta a esas redes sociales", indican.