Divorciarse en primavera... (...) Y además, divorciarse en el bufete de un abogado". Así comienza uno de los párrafos de la novela más buscada en España desde el pasado sábado. Se trata de El hombre abreviado , más que una novela, un cuento largo escrito por el profesor Alonso Guerrero, exmarido de la periodista Letizia Ortiz, flamante prometida del Príncipe Felipe.

Las primeras informaciones sobre esta obra literaria daban a entender que estaba escrita a raíz del divorcio del novelista extremeño y de la periodista asturiana. Se precisaba que la futura reina de España no salía muy bien parada en la narración. Sin embargo, el opúsculo se imprimió en 1998 en Mérida, en las mismas fechas en que Letizia y Alonso se casaban tras siete años de noviazgo, y se supone que fue madurada durante un tiempo de amor y rosas, no de desencuentro.

En El hombre abreviado , el protagonista se llama Lorenzo Gutenberg. La narración se plantea desde una tercera persona tan intensa que a veces se confunde con un monólogo interior y el tiempo y el espacio se reducen al deambular etílico por las calles de Madrid, en una noche de lunes, de un escritor que ha perdido sus libros, su mujer y su autoestima.

El detonante del desasosiego de Lorenzo Gutenberg es su inminente divorcio. Lo que más sorprende de la comparación entre El hombre abreviado y la biografía personal de su autor es que parece estar dibujando el trance personal por el que este habrá de pasar un año después de salir su obra.

La novela fue publicada en 1998 por la Editora Regional de Extremadura en su colección La Gaveta . Alonso Guerrero y Letizia Ortiz se casaron el 24 de agosto de ese mismo año y en 1999 se divorciaban. En los programas de radio y televisión se apuntaba ayer que una reedición de la obra la convertiría en un best seller . Incluso se calculaba la catadura moral del escritor de Almendralejo: si la reeditaba, sería culpable de todas las maldades; si no lo hacía, sería recordado como un caballero íntegro.

La novela está agotada y la dificultad de leerla acrecienta un interés morboso que debería desaparecer al conocer la fecha de su publicación, pero que crece si se leen fuera de contexto temporal algunos pasajes. Por ejemplo, cuando el protagonista entra en un bar y repasa las imágenes que lo acosan "desde que su mujer se fuera de casa: las broncas, el inicuo poder notarial".

O cuando habla de "un matrimonio que se hunde, un amor que ha ido transformando la alcoba en una sala de tribunales". Sí resultan interesantes algunas apreciaciones sobre las mujeres. Por ejemplo: "Son terribles cuando luchan contra las capacidades intelectuales de los hombres". O al referirse a su pragmatismo en la ruptura: "El eterno femenino, encerrado entre pólizas".

LAS COSAS SE TORCIERON

Lo más inquietante de El hombre abreviado es lo que sus páginas tienen de premonición para su autor, un escritor que prepara su boda al tiempo que escribe su pequeña novela. "Ella al principio lo había aceptado todo: sus noches de vigilia, sus coqueteos con el alcohol... (...) Después, las cosas se torcieron".

Más adelante, en el despacho del abogado que tramita el divorcio, Lorenzo Gutenberg confiesa a su mujer que aún la ama. María, la esposa, le responde que no puede consentir que la ame y describe su relación con el novelista: "Un escritor es una máquina de palabras bonitas. Te seduce y después, te abandona".

Un diálogo hará correr mucha tinta si no se quiere reconocer que la novela se escribió y publicó mucho antes de la ruptura matrimonial de Alonso Guerrero y Letizia Ortiz. En ese pasaje de la novela, María dice: "Voy a necesitar el doble de tiempo que he estado contigo para empezar a pensar en rehacer mi vida". Lorenzo responde con un augurio: "Las mujeres os casáis con la misma facilidad con que ponéis una mercería".

La novela se despeña después hacia el final por un torrente imparable de autodestrucción. El protagonista es recogido por dos operarios de la limpieza que le preguntan si no es un famoso que sale en televisión. Y de nuevo la ironía del augur en la respuesta: "¿Famoso? Ni siquiera mi mujer lo es".

Lorenzo, el hombre que se divorció en primavera, ha vendido sus libros, ha perdido a su mujer, está borracho y acabará siendo atropellado junto a la estación de Atocha por el coche de un macarra que conducía por la izquierda... En fin, la literatura.