"Te falta independencia". Con estas palabras resume Fermi Fernández, de 34 años, la situación a la que se ve abocada con frecuencia cuando no puede hacer ciertas cosas por carecer de carnet de conducir. "Yo dependo mucho de mi marido en este sentido", comenta, sobre todo cuando necesita desplazarse fuera de su localidad o en tareas tan habituales como cargar con la cesta de la compra o ir a por su hija al colegio.

Hace años se apuntó a la autoescuela, pero lo dejó y ahora se arrepiente. Sin embargo, ya es tarde, asegura, porque a medida que han pasado los años le da respeto intentarlo.

"Hoy es fundamental tener el carnet de conducir y disponer de coche, y al no tenerlo estoy atada a la hora de poder hacer ciertas cosas". En más de una ocasión, reitera, ha tenido que coger el autobús de línea para desplazarse o esperar a que algún familiar pueda llevarla al lugar en cuestión. El poner en un compromiso a terceras personas no es algo que le guste, por lo que a veces abandona cualquier idea que suponga condicionar a los demás.

Y todo por no tener carnet de conducir. Lo peor, dice, es que no contempla la idea de disponer de él a medio plazo, por el "miedo" que le ha llegado con el paso de los años. Ya se ha acostumbrado, manifiesta resignada, por lo que afrontar un viaje, hacer una abundante compra o dedicar más tiempo al ocio son cuestiones que afrontará cuando alguien cercano, con coche, la lleve.

Conocimientos escasos

Para quienes no tienen ese miedo y se acercan a las autoescuelas comprueban que llegan con vagos conocimientos sobre educación vial, que se limitan a las señales de tráfico más básicas. Por ellos, los profesores abogan por afrontar esta situación desde la base, facilitando que "la educación vial fuera obligatoria en los colegios", según manifiesta Angel Parejo, presidente de la Asociación de Autoescuelas de Mérida.

Lleva 14 años enseñando a conducir y su experiencia le permite asegurar que una vez en estos centros, los alumnos no tienen dificultades para superar la prueba teórica, aunque "en la práctica sí hay más suspensos", por los problemas que supone "controlar el vehículo".

Parejo afirma que "el alumno se toma esto como una segunda actividad", pero, si no surgen problemas, las personas pueden sacarse el carnet de conducir en tres o cuatro meses, aclara.

En este sentido, explica que "el Gobierno se tenía que implicar más en esta cuestión", en referencia a que "hay servicios profesionales para camiones o autobuses que da la Junta, y entiendo que eso debería extenderse al carnet de coche". Para ello, aconseja que la Administración "podría subvencionar, por ejemplo, parte del coste del carnet, porque hay a quienes les resulta muy costoso pagarlo".

Para su colega Antonio Macedo, responsable de formación de la Autoescuela Placentina de Plasencia, la causa principal de que los alumnos suspendan el examen práctico es que "su objetivo es sacarse el carnet rápido y queda en segundo plano el prepararse mejor o peor, así que van al examen sin la preparación adecuada". Macedo considera que la dificultad de los exámenes prácticos no ha aumentado y se pueden aprobar, pero "no puede ser que a una persona que dude o no sepa se le dé el carnet" e insiste en que los alumnos en general "miran el dinero que se pueden ahorrar en las clases prácticas" y además advierte que se está dando un factor de comparación: "Quiero decir que viene un grupo de amigos o varios hermanos y piensan que si uno se saca el práctico en seis clases, los demás cómo no van a hacerlo".

Sistema pionero

En todo caso, Macedo dice que en la Autoescuela Placentina no han notado un aumento de los suspensos en el examen práctico, en parte porque cuentan con un sistema de calidad pionero en Extremadura que consiste en someter al alumno que se quiere examinar a unos exámenes previos teóricos y prácticos con el fin de decirles la probabilidad de aprobado que tendrían en el examen oficial. "El que va con la negativa de la autoescuela debe firmar un documento de responsabilidad", explica.

Macedo aprovecha para hacer un llamamiento al resto de los conductores que circulan por la ciudad para que sean más tolerantes porque dicen ser víctimas de muchos accidentes de tráfico: "Recibimos muchos golpes por detrás de conductores que van despistados y no se dan cuenta de que nosotros tenemos que pararnos en todos los pasos de cebra o los stop".

También se llevan golpes quienes una y otra vez no pasan las pruebas teóricas y prácticas, una cinrcunstancia que cada año se repite en menor número, aunque sigue habiendo numerosos extremeños a los que les cuesta --tanto emocional como económicamente-- un gran esfuerzo lograr el ansiado carnet de conducir.