Había enmudecido otras veces. Al capitán le encomendaban a menudo misiones en el exterior y el piano callado aguardaba con paciencia en su hogar sevillano de Alcalá de Guadaira. David Guitar Fernández hacía siempre esperar a su piano y a su novia, con la que en numerosas ocasiones tuvo que retrasar una boda que, finalmente, llegaría en octubre del año pasado. Es lo que tiene haberse convertido, con 29 años, en piloto de las más modernas naves del Ejército español.

El capitán, al igual que sus otros cuatro compañeros del acuartelamiento de El Copero, pertenecía al cuarto batallón de helicópteros de maniobra de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, un grupo con bastante movilidad, cuyo último destino era Afganistán. Allí, en la base militar, el mutismo ayer era absoluto.

El cielo color plomo, cerrado y agobiante, junto con mercurios disparados a los 40 grados, convertían la planicie de El Copero, en Dos Hermanas (Sevilla), en un lugar de aspecto tétrico y desolado. Nadie daba información desde el interior sobre los dos mandos que pilotaban el helicóptero estrellado, el mecánico y dos soldados de artillería.

Banderas a media asta

El mismo color ocre de la zona del siniestro es ahora, con el avanzado verano, el de la campiña sevillana. Ningún familiar, ningún representante político... Un vacío casi absoluto a no ser por las banderas que a media asta comenzaron a ondear a primera hora de la tarde.

Las víctimas vivían en pueblos cercanos al acuartelamiento. El capitán David Guitar residía en Alcalá, al igual que los soldados José Manuel Moreno y Pedro Fajardo Cabeza. Por eso, el ayuntamiento de la localidad decretará hoy en un pleno extraordinario tres días de luto en memoria de sus vecinos fallecidos.

El otro piloto del helicóptero era el brigada Juan Morales Parra, de 39 años, casado y con dos hijos. Aunque era natural de Ronda (Málaga), su matrimonio con una sevillana le llevó a vivir en Mairena del Aljarafe, en el área metropolitana de Sevilla. Este municipio también decretará tres días de luto.

La familia se refugiaba ayer en el chalet donde en unas semanas debía haber regresado Juan. La puerta, cerrada a cal y canto. Tampoco ellos querían explicar detalles de su allegado.

Completaba la tripulación del aparato el sargento Alfredo Francisco Jodar, también destacado en El Copero, responsable de la mecánica y el mantenimiento de la nave.

Entre las condolencias recibidas por los familiares se encuentra la manifestada ayer por el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, quien expresó la "consternación" de los andaluces "por las dolorosas muertes" de los 17 militares, pero al mismo tiempo dijo sentirse "orgulloso de que compatriotas estén participando en misiones humanitarias".

El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, expresó "el dolor y profundo pesar de todos los sevillanos", y anunció que la ciudad secundará las medidas de luto que decrete el Gobierno y los ayuntamientos donde vivían estos militares.