Dolores Pozo, una mujer de 83 años, se disponía a pasar un rato agradable la noche del domingo en la caseta municipal de la localidad pacense de Oliva de Mérida cuando, a pocos metros de ese lugar, el conductor de un coche que estaba aparcando marcha atrás no la vió y la alcanzó, cayendo sobre el asfalto y golpeándose mortalmente en la cabeza. Es la última víctima mortal por atropello de las cinco que se han registrado en Extremadura en apenas un mes y medio.

La anciana, que se encontraba con un familiar por la zona en la que se sitúa el recinto ferial del pueblo, pues se están celebrando las fiestas de la localidad, estaba andando por la carretera, cercana a la acera, cuando un turismo pilotado por un ciudadano del vecino municipio de Guareña se dispuso a dar marcha atrás para aparcar su vehículo, sin darse cuenta de la presencia de Dolores, según manifestaron ayer varios vecinos del pueblo. El coche, que pretendía estacionar en una fila de aparcamientos que se había formado en la misma carretera, golpeó a la anciana, desestabilizándola, lo que provocó que se cayera sufriendo un golpe en la cabeza contra el bordillo de la acera, que desencadenó su muerte prácticamente en el acto, según certificaron los servicios médicos que acudieron al lugar.

El accidente se produjo en la salida de Oliva de Mérida en dirección hacia el municipio de Palomas, a la altura del recinto ferial del pueblo, en torno a las 23.40 horas del pasado domingo. Hacia el lugar se desplazaron patrullas de la Guardia Civil y unidades médicas. El primer recurso sanitario en llegar, un equipo médico de Guareña, según ha señalado el 112 no pudo más que certificar la muerte de Dolores Pozo, quien "ha fallecido prácticamente en el acto".

El entierro tuvo lugar ayer entorno a las siete de la tarde en la parroquia de la Purísima Concepción de la localidad.