Comprar un electrodoméstico de alta eficiencia, de categoría A, puede salir alrededor de 187 euros más caro que uno de clase C o D. La vida útil de estos aparatos puede situarse en 15 años. Pues bien, con lo que se ahorra en electricidad (y, en su caso, en agua) en amortizar el sobrecoste de un frigorífico se tardarían entre tres y cinco años, entre cuatro y seis si es un lavavajillas y entre seis y ocho años si se trata de una lavadora.

Ahora, si se aplica el Plan Renove estos tiempos de amortización se acortan notablemente. Según el cálculo realizado por Adena, un lavavajillas de 12 cubiertos de categoría A costaría a lo largo de su vida (precio mas electricidad más agua) alrededor de 1.414 euros, mientras que uno de la C saldría por 1.627 euros. Si se aplica el Renove la diferencia entre uno y otro sería de 348 euros, con lo que en dos o tres años el mayor precio inicial del A estaría amortizado.

En el caso de un congelador de 230 litros de capacidad el cálculo es más favorable. El categoría A tendría un coste total en 15 años de 953 euros (precio mas electricidad), que se reducirían a 868 euros con la ayuda, y el de categoría C un coste de 1.398 euros. En un año, a lo sumo dos, estaría amortizado.

Claro que estos plazos pueden incluso reducirse en función de la ayuda que se aplique. El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) marca una subvención inicial --la que aporta el Gobierno-- de 50 euros por aparato. A partir de ahí cada Comunidad Autónoma puede complementar. Eso sí, el IDAE recomienda que los frigoríficos, por ejemplo, se bonifiquen entre 85 y 125 euros según sean A, A+ o A++, mientras que para las lavadoras la recomendación varía entre 85 y 105 euros, igual que los lavavajillas.